Matías y la piscina mágica



Matías era un niño curioso y lleno de energía, que siempre esperaba con ansias el momento de ir a la piscina con su mamá. Todos los días, apenas veía un rayito de sol, le preguntaba a su mamá si podrían ir a la piscina.

Un día, mientras jugaba en el parque con su madre, Matías escuchó a unos niños hablar sobre una piscina mágica escondida en el bosque. Después de escuchar esa conversación, Matías no podía dejar de pensar en la piscina mágica.

Esa noche, Matías le preguntó a su madre sobre la piscina mágica. "Mamá, ¡quién sabe si esa piscina existe de verdad!" - dijo Matías con los ojos brillantes. La madre, sorprendida por la ocurrencia de su hijo, decidió investigar un poco más sobre la supuesta piscina mágica.

Días después, la madre de Matías encontró un mapa antiguo que apuntaba al bosque. Se dio cuenta de que la piscina mágica podría estar en ese lugar. Emocionados, madre e hijo se prepararon para emprender la aventura al bosque en busca de la piscina mágica.

Caminaron entre los árboles, saltaron sobre arroyos y sortearon obstáculos, hasta que finalmente encontraron un hermoso clarito en el bosque. Justo en ese lugar, descubrieron una piscina reluciente, con agua tan cristalina que parecía mágica. Sin dudarlo, se sumergieron en ella.

Mientras jugaban y chapoteaban en el agua, Matías y su madre descubrieron que esa piscina mágica no solo les brindaba diversión, sino que también les regalaba momentos de complicidad y felicidad juntos. Se prometieron volver siempre que pudieran. A partir de ese día, Matías no solo disfrutaba de la piscina regular con su madre, sino que también exploraban la piscina mágica en el bosque, fortaleciendo su relación y creando recuerdos inolvidables.

FIN.

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