Matías y sus amigos peludos
Matías era un niño que vivía en una casa muy especial, porque en ella habitaban no solo sus papás y hermanos, sino también varios amigos animals. Tenía dos adorables perros, una perrita llamada Luna y un perrito llamado Alex, que siempre estaban jugando y divirtiéndose. También vivía con ellos un intrépido gato llamado Apolo, que siempre se las ingeniaba para meterse en problemas, y un gallo muy madrugador llamado Claudio, que cada mañana cantaba para despertar a todos. Matías adoraba a sus amigos animales y siempre les brindaba mucho amor y cuidado.
Un día, mientras jugaba en el jardín con sus amigos animals, Matías se dio cuenta de que algo andaba mal. Luna, la perrita, estaba muy triste. - ¿Qué te pasa, Luna? - preguntó Matías preocupado. - Siento mucho frío y me duele la pancita, Mati -respondió Luna con voz débil. Matías la acarició y decidió llevarla al veterinario. El doctor le explicó que Luna tenía un problemita de salud, pero que con el tratamiento adecuado se pondría bien pronto. Matías cuidó mucho de su amiga, le daba su medicina a tiempo, la abrigaba con mimos y la llevaba a pasear suavemente. Luna se recuperó gracias al amor y cuidado de Matías, y volvió a ser la alegría de la casa.
Un día, al regresar de la escuela, Matías encontró a su perrito Alex haciendo travesuras por toda la casa. - ¡Alex, qué travieso que estás hoy! - exclamó Matías riendo. Pero cuando intentó acercarse a él, Alex salió corriendo y se escondió asustado. Matías notó que algo no andaba bien. - ¿Qué te pasa, Alex? ¿Por qué estás asustado? - preguntó Matías con cariño. Con paciencia, Matías logró calmar a Alex y descubrió que el perrito se había lastimado una patita. Matías lo llevó al veterinario, donde le curaron la heridita y le dieron unas instrucciones para cuidar bien la patita de Alex. Gracias al amor y cuidado de Matías, Alex sanó rápidamente y volvió a correr y jugar como siempre.
Todos los días, Matías y sus amigos animals vivían muchas aventuras juntos. Aprendieron que el cuidado, el amor y la paciencia son muy importantes para ayudar a aquellos que nos necesitan. Matías también aprendió a ser fuerte y valiente para cuidar y proteger a sus amigos. Y así, en esa casa especial, siempre reinaba la alegría, el cariño y la amistad entre Matías y sus amigos animals.
FIN.