Matilda, la araña heroína del bosque



En lo más profundo del bosque encantado vivía una araña llamada Matilda. Era una araña muy curiosa y valiente, pero también un poco distraída.

Todos los días, Matilda salía en busca de comida para poder alimentarse y crecer fuerte. Un día, mientras tejía su telaraña entre los árboles del bosque, escuchó un murmullo que provenía de un rincón oscuro.

Intrigada, se acercó sigilosamente y descubrió a una mariposa atrapada en una tela de araña más grande que la suya. La mariposa temblaba de miedo al ver a Matilda acercarse. "¿Qué haces aquí, pequeña mariposa?" -preguntó Matilda con amabilidad. La mariposa le contó que había caído en la trampa de otra araña malvada que quería comérsela.

Sin dudarlo, Matilda se puso manos a la obra y con cuidado liberó a la mariposa de la telaraña. "¡Gracias por salvarme! No sé cómo podré agradecértelo", dijo la mariposa emocionada.

Matilda sonrió y le dijo: "No tienes por qué agradecerme. En este bosque todos debemos ayudarnos unos a otros".

Desde ese día, Matilda decidió que usaría su habilidad para tejer no solo para atrapar comida, sino también para ayudar a otros animales del bosque que estuvieran en problemas. Así fue como se convirtió en la heroína del bosque encantado. Un día, mientras recorría el bosque en busca de aventuras, escuchó llantos desgarradores provenientes de un arbusto cercano.

Se acercó corriendo y vio a un pajarito atrapado entre las ramas espinosas. Sin pensarlo dos veces, Matilda tejió una delicada red con su seda para rescatar al pajarito sin lastimarlo.

El pajarito voló libre hacia el cielo y cantando de alegría por haber sido salvado por Matilda. El rumor sobre las buenas acciones de la araña valiente comenzó a extenderse por todo el bosque encantado. Un día gris y lluvioso, cuando todos los animales del bosque buscaban refugio, escucharon un estruendo proveniente del lago cercano.

Era un cachorro de zorro que había caído al agua y estaba luchando por mantenerse a flote.

Matilda no dudó ni un segundo; se lanzó al agua con todas sus fuerzas y usando su tela como si fuera una cuerda logró rescatar al cachorro antes de que fuera arrastrado por la corriente. El zorrito temblaba asustado pero feliz por haber sido salvado gracias al valor y astucia de Matilda.

Desde ese día, el cachorro se convirtió en el fiel compañero de aventuras de nuestra valiente araña. Y así fue como Matilda demostró que incluso siendo pequeña e indefensa podía hacer grandes cosas si usaba sus habilidades para ayudar a quienes lo necesitaban en el bosque encantado donde vivían.

FIN.

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