Matilda y los secretos de la cocina mágica



Había una vez, en un lejano reino, una ogresa llamada Matilda. Aunque era alta y de aspecto temible, tenía un corazón bondadoso y amaba cocinar deliciosos platillos para todos los habitantes del lugar.

Un día, mientras preparaba su famosa sopa de verduras en su castillo en las nubes, Matilda tuvo una idea brillante. Decidió invitar a todos los niños del reino a su castillo para enseñarles a cocinar.

Sabía que la comida casera era importante y quería compartir sus conocimientos con los más pequeños. La noticia se esparció rápidamente por el reino y los niños estaban emocionados por la oportunidad de visitar el castillo en las nubes y aprender a cocinar con la ogresa alta.

Algunos padres eran escépticos al principio, pero cuando se enteraron de lo buena cocinera que era Matilda, decidieron enviar a sus hijos sin dudarlo. El día llegó y los niños subieron al castillo en las nubes con entusiasmo.

Al entrar, quedaron asombrados por la belleza del lugar. Las paredes estaban decoradas con utensilios de cocina gigantes y había ollas enormes colgando del techo.

Matilda les dio la bienvenida calurosamente: "¡Bienvenidos a mi humilde morada! Hoy aprenderemos juntos cómo hacer galletitas mágicas". Los niños estaban encantados por la idea de hacer galletitas mágicas y comenzaron a prestar atención a cada paso que Matilda les mostraba.

La ogresa alta explicó pacientemente cómo medir los ingredientes adecuadamente y cómo mezclarlos con amor. Mientras los niños trabajaban en sus galletitas, Matilda les contó historias sobre su vida y cómo había aprendido a cocinar. Les habló de la importancia de comer alimentos saludables y caseros para crecer fuertes y felices.

Cuando las galletitas estuvieron listas, Matilda las sacó del horno y todos pudieron disfrutar del delicioso aroma que llenaba el castillo. Los niños probaron sus creaciones con alegría, maravillados por el sabor mágico de las galletitas.

Justo cuando todos estaban saboreando las galletitas mágicas, un ruido estruendoso resonó en el castillo. Era un dragón gigante que había escuchado acerca de la fama culinaria de Matilda y quería probar su comida.

El dragón entró al castillo amenazadoramente, pero Matilda no se asustó. Con valentía, le ofreció una galletita mágica al enorme reptil. El dragón dio un bocado y su rostro se iluminó con una sonrisa.

"-¡Es la mejor comida que he probado en mi vida! ¡Matilda, eres una genia de la cocina!", exclamó el dragón emocionado. Los niños se miraron sorprendidos mientras veían cómo el temible dragón se convertía en un ser amigable gracias a la magia de las galletitas mágicas.

A partir de ese día, Matilda continuó enseñando a los niños a cocinar platos deliciosos y saludables. Su castillo en las nubes se convirtió en un lugar muy especial donde todos podían aprender sobre nutrición y disfrutar de la magia de la cocina.

Y así, gracias a la ogresa alta cocinera del castillo en las nubes, los niños aprendieron el valor de una buena alimentación y descubrieron que no debemos juzgar a alguien por su apariencia, sino por el amor y bondad que hay en su corazón.

FIN.

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