Max, el dragón diferente
Había una vez una tierra mágica donde convivían dinosaurios y dragones. A pesar de ser criaturas muy distintas, todos vivían en armonía y respeto mutuo.
Los dragones ayudaban a los dinosaurios a volar para que pudieran ver el mundo desde otra perspectiva, mientras que los dinosaurios les enseñaban cómo caminar por la tierra con firmeza. Un día, un grupo de pequeños dinosaurios se encontró con un joven dragón llamado Max.
Max estaba triste porque no podía volar como sus hermanos mayores. Los dinosaurios le preguntaron qué pasaba y él les respondió: "Soy diferente a ellos, no puedo volar tan alto ni tan rápido".
Los dinosaurios se miraron unos a otros y luego uno de ellos dijo: "Pero eres fuerte y ágil en tierra, eso es algo que muchos dragones no pueden hacer". Max sonrió al escuchar esto y comenzó a jugar con los pequeños dinosaurios.
Mientras jugaban juntos, vieron que una manada de T-Rex se acercaba hacia ellos. Los pequeños dinosaurios temblaron de miedo pero Max les tranquilizó diciendo: "No hay nada que temer si trabajamos juntos".
Max utilizó su fuego para distraer a los T-Rex mientras los pequeños dinosaurios corrían hacia un lugar seguro. Cuando finalmente llegaron allí, Max estaba cansado pero feliz de haberlos protegido. "Gracias por ayudarnos", dijeron los pequeños dinosaurios mientras abrazaban al joven dragón. "No hay problema", dijo Max con una sonrisa en su rostro.
"Todos somos diferentes pero podemos trabajar juntos para superar cualquier problema". Desde ese día, los dinosaurios y dragones de la tierra mágica aprendieron que no importa cuán diferentes sean, siempre pueden encontrar una manera de ayudarse mutuamente.
Y así, vivieron felices y en armonía para siempre. "Gracias por enseñarnos esta lección Max" dijo uno de los pequeños dinosaurios. "De nada, pero recuerden: ¡Juntos somos más fuertes!" respondió el joven dragón con una sonrisa.
FIN.