Mayte aprende un nuevo idioma



Mayte era una niña muy divertida y activa. Le encantaba salir a jugar con sus amigas en el parque, correr, saltar y reír sin parar.

Pero cuando llegaba la hora de estudiar inglés, su cara se ponía triste y aburrida. - No quiero estudiar inglés - protestaba Mayte ante su madre. - Pero hija, es muy importante que aprendas otro idioma. Te abrirá muchas puertas en el futuro - le respondía su mamá.

Mayte seguía sin estar convencida. Prefería seguir jugando con sus amigas todo el día en lugar de sentarse a leer libros de inglés. Un día, mientras estaba jugando en el parque con sus amigas, escuchó a un grupo de turistas hablando en inglés.

Se acercó curiosa para tratar de entender lo que decían pero no logró comprender nada. - ¿Qué están diciendo? - preguntó Mayte a sus amigas.

- No sé, yo tampoco entiendo nada - respondió una de ellas encogiéndose de hombros. Fue entonces cuando Mayte se dio cuenta de algo importante: si quería poder comunicarse con personas que hablaban otros idiomas tendría que aprenderlos también. Y eso incluía el inglés que tanto le costaba estudiar.

Decidió hablar con su mamá sobre su cambio de opinión y juntas buscaron formas más divertidas e interactivas para aprender inglés.

Comenzaron a ver películas y series en versión original con subtítulos en español, jugar juegos online educativos e incluso practicaban conversaciones básicas entre ellas mismas durante las comidas o paseos por la calle. Poco a poco, Mayte fue mejorando su nivel de inglés y se dio cuenta de que no era tan difícil como pensaba.

Además, descubrió que le gustaba mucho poder entender lo que decían las personas en otros idiomas. Un día, mientras caminaba por el parque con sus amigas, escuchó nuevamente a un grupo de turistas hablando en inglés.

Esta vez, pudo entender algunas palabras y frases simples gracias a todo lo que había aprendido. - ¡Chicas! - exclamó emocionada -. ¡Entendí lo que dijeron! Hablaban sobre la torre Eiffel en París.

Sus amigas la felicitaron y Mayte se sintió muy orgullosa de sí misma por haber logrado comprender algo en otro idioma. Desde ese día, Mayte siguió practicando su inglés y se dio cuenta de que aprender otro idioma podía ser divertido e interesante si uno encontraba la forma adecuada para hacerlo.

Además, sabía que eso le abriría muchas puertas en el futuro y podría comunicarse con personas de diferentes lugares del mundo sin problemas.

Así es como Mayte aprendió una importante lección: siempre hay formas creativas y divertidas para aprender cosas nuevas y nunca es tarde para cambiar de opinión cuando nos damos cuenta del valor real de algo.

FIN.

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