Medusa y el poder de la amistad
En un reino lejano, había una hermosa joven llamada Medusa. Era conocida en todo el pueblo no solo por su belleza, sino también por su bondad y valentía. Un día, la diosa Hera se sintió celosa del afecto que todos le tenían a Medusa y decidió castigarla. La transformó en una horrible bruja, su hermoso cabello se convirtió en serpientes retorcidas y su piel adoptó un tono verdoso.
Medusa, dolorida por su nueva apariencia, decidió alejarse del pueblo. "No puedo seguir aquí, los niños me temen y todos huyen de mí..."- pensó triste mientras se adentraba en el bosque.
Sin embargo, en ese bosque había un grupo de pequeños animales que, curiosos, no le tenían miedo. Había un conejo llamado Roco, un pájaro llamado Lila y una tortuga llamada Tito.
"¡Hola! ¿Quién sos?"- preguntó Roco, a lo que Medusa respondió con tristeza: "Soy Medusa, la bruja de las serpientes..."-
"No nos importan tus serpientes, somos amigos de todos en el bosque"- dijo Lila, iluminando el ambiente con su voz melodiosa.
Medusa se sorprendió, nunca había tenido amigos que no la juzgaran por su apariencia. El trío decidió ayudarla a encontrar una forma de romper la maldición de Hera.
"Tal vez haya un modo de que puedas volver a ser como antes, Medusa"- sugirió Tito con su voz pausada. "Hay un viejo sabio en la montaña que conoce de estas cosas"-.
"Pero, ¿cómo podré ir?"- preguntó Medusa, sintiéndose insegura.
"Te acompañaremos"- dijeron al unísono Roco y Lila. Medusa sintió una calidez en su corazón.
A medida que avanzaban, pasaron por hermosos paisajes. Medusa se dio cuenta de que, aunque su apariencia había cambiado, todavía podía ver la belleza a su alrededor. Su corazón latía fuerte, llena de esperanza. Sin embargo, no todo fue fácil; en su camino se encontraron con un malvado gigante que despachaba a todos con su mirada aterradora.
"¿Por qué estáis aquí, bruja?"- retó el gigante, con voz profunda.
Medusa, de pie frente a él, respiró hondo y dijo: "Soy Medusa y no he venido a hacerte daño. Busco la ayuda de un sabio"-. El gigante, sorprendido por su valentía, la miró fijamente, pero lo que vio fue valor.
"¡Incluso las más terribles criaturas pueden tener un gran corazón!"- exclamó el gigante. "Dejadme ayudaros a cruzar el río, es peligroso en esta época del año"-.
Juntos, cruzaron el peligroso río y llegaron finalmente a la montaña del sabio. Allí, encontraron un anciano de barba blanca, que sonreía al verlos.
"He estado esperando a Medusa. A veces, las transformaciones tienen un propósito mayor"- dijo el sabio. "La verdadera belleza se ve a través de los actos de bondad, no de la apariencia"-.
"Pero quiero volver a ser la hermosa Medusa que era antes"- dijo ella, sintiéndose un poco decepcionada.
"Escucha, Medusa. Si puedes demostrar tu bondad ayudando a los demás mediante tus serpientes, podrás recuperar tu forma original"- explicó el anciano.
Impulsada por el consejo del sabio y el apoyo de sus nuevos amigos, Medusa decidió utilizar su nueva apariencia como una herramienta para ayudar.
Volvió al pueblo y ayudó a niños perdidos a encontrar el camino a casa, protegió a los animales en peligro y atemorizó a quienes intentaban hacer daño a otros. Poco a poco, la gente comenzó a notar su verdadero corazón, y el miedo se convirtió en admiración.
Después de un tiempo, la magia de la transformación se deshizo, y Medusa recuperó su hermosa apariencia. Pero ahora sabía que su verdadero poder provenía de su corazón y de la amistad.
Medusa miró a sus amigos, sonriendo felizmente. "¡Nunca pensé que podría ser tan feliz siendo quien soy!"-.
"Lo que importa es lo que llevamos dentro"- dijo Roco acertadamente. "Y tú eres hermosa por dentro y por fuera"- añadió Lila.
Finalmente, Medusa entendió que no se trataba solo de tener una apariencia bella, sino de ser una buena persona y ayudar a quienes más lo necesitaban. Desde entonces, vivieron en armonía, demostrando que la verdadera magia de la amistad triunfa sobre cualquier maldición.
FIN.