Mejores amigos y héroes



Santiago estaba muy emocionado de tener una nueva hermanita. Cuando su mamá le anunció que iba a ser el hermano mayor, saltó de alegría y no podía dejar de sonreír. Cuando Julieta nació, Santiago fue el primero en conocerla.

La miraba con ternura y la acariciaba con mucho cuidado. Desde ese día, se convirtió en su protector y mejor amigo. Juntos jugaban todo el tiempo.

Santiago construía castillos de bloques para Julieta y ella lo ayudaba a buscar sus juguetes perdidos. También les gustaba disfrazarse y jugar a ser superhéroes. Pero un día, cuando estaban jugando en el jardín, Julieta se lastimó la rodilla al caerse del columpio.

Lloraba desconsoladamente y Santiago no sabía qué hacer para calmarla. "Tranquila Juli, yo te voy a curar tu rodilla"- dijo Santiago mientras buscaba agua y algodón para limpiar la herida. Con paciencia, Santiago limpió la herida de Julieta y le puso una curita.

Fue entonces cuando decidió que quería ser médico cuando fuera grande para poder curar a todas las personas que se lastimaran.

A partir de ese momento, Santiago comenzó a leer libros sobre medicina infantil e incluso practicaba primeros auxilios con sus amigos del barrio. Y aunque todos pensaban que era un juego más, él estaba decidido a convertirse en un gran doctor algún día.

Unos años después, cuando ya eran más grandes, ocurrió otro incidente inesperado: durante una tormenta eléctrica fuerte cayó un rayo cerca de su casa, lo que provocó un apagón en toda la zona. Santiago y Julieta estaban solos en casa y se asustaron mucho al quedarse sin luz.

"Tranquila Juli, yo te protejo"- dijo Santiago mientras buscaba velas para iluminar la habitación. Con ingenio y coraje, Santiago logró mantener a su hermana a salvo durante toda la tormenta.

Y fue entonces cuando decidió que quería ser bombero cuando fuera grande para poder ayudar a las personas en situaciones de emergencia. A partir de ese momento, comenzó a entrenarse físicamente y practicaba con los equipos de extinción de incendios del parque cercano.

Y aunque todos pensaban que era solo otro juego infantil más, él estaba decidido a convertirse en un verdadero héroe algún día. Finalmente, llegó el día en que ambos cumplieron sus sueños: Santiago se graduó como médico pediatra y Julieta se convirtió en una talentosa artista plástica.

Juntos recordaban aquellos días felices de su infancia jugando juntos y soñando con lo que querían ser cuando fueran grandes.

Y aunque ahora tenían diferentes profesiones y vivían lejos uno del otro, siempre guardaban un lugar muy especial el uno para el otro en sus corazones. Porque no importa cuánto crezcan o cambien las cosas, siempre seguirán siendo los mejores amigos y hermanos inseparables.

FIN.

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