Melanie y Nicolás contra la bruja malvada
Melanie y Nicolás eran dos hermanos muy unidos. Siempre jugaban juntos, se cuidaban mutuamente y se querían con todo su corazón.
Un día, mientras paseaban por el bosque cerca de su casa, una bruja malvada apareció frente a ellos. - ¡Jajaja! -rió la bruja con una voz escalofriante-. Los llevaré a mi bosque tenebroso y horrible, donde nunca podrán escapar. Sin poder hacer nada para evitarlo, Melanie y Nicolás fueron transportados mágicamente al bosque de la bruja.
Todo a su alrededor era oscuro, los árboles crujían de forma amenazante y el aire estaba cargado de malas energías. - ¿Qué vamos a hacer ahora? -preguntó Melanie temerosa.
Nicolás, tratando de mantener la calma para proteger a su hermana, le dijo:- No te preocupes Meli, encontraremos una manera de salir de aquí. Somos fuertes juntos. Decidieron avanzar por el bosque siguiendo un estrecho sendero que parecía ser la única salida posible.
En su camino se encontraron con criaturas extrañas que intentaban asustarlos, pero con valentía lograron superar cada obstáculo. Después de caminar durante horas, llegaron a un lago oscuro donde la bruja los esperaba.
- ¡Bienvenidos a mi reino! Aquí no hay escape para ustedes -dijo la bruja con una sonrisa siniestra en su rostro. Pero Melanie y Nicolás no perdieron la esperanza. Recordaron las historias que les contaba su abuela sobre el poder del amor y la bondad en los momentos más oscuros.
Entonces decidieron poner en práctica lo que habían aprendido. - Bruja malvada -dijo Nicolás con determinación-, sabemos que dentro de ti también hay bondad. Permítenos demostrarte que podemos cambiar las cosas si trabajamos juntos en armonía.
La bruja, sorprendida por las palabras de los niños, sintió algo dentro de ella que creía olvidado hacía mucho tiempo: empatía y compasión. Lentamente, su aspecto comenzó a transformarse hasta revelar una mujer anciana y cansada bajo toda esa apariencia terrorífica.
- Gracias por recordarme quién solía ser -dijo la antigua bruja mientras liberaba a Melanie y Nicolás del hechizo-. Vayan en paz, queridos niños. Han demostrado que el amor siempre vence a la oscuridad.
Con lágrimas en los ojos pero llenos de alegría, Melanie y Nicolás regresaron a casa donde fueron recibidos con abrazos cálidos por parte de sus padres.
Desde ese día supieron que cualquier desafío podían enfrentarlo juntos, fortaleciendo así aún más el vínculo especial que los unía como hermanos inseparables. Y colorín colorado este cuento ha terminado; espero hayas disfrutado esta historia inspiradora.
FIN.