Meli y la Aventura Scout
Había una vez una niña llamada Meli que tenía un espíritu aventurero y una energía inagotable. Cada día, después de clases, se sentía un poquito aburrida. Ella quería hacer algo emocionante, al aire libre, pero no sabía exactamente qué.
Un día, mientras jugaba en el patio del colegio, vio a sus compañeros jugando al fútbol.
"¡Eso parece divertido!" - pensó Meli. Así que decidió probarlo.
Pero después de correr un rato tras la pelota, empezó a sentir que se cansaba mucho. Su corazón latía rápido y ya no tenía ganas de seguir.
"Tal vez no soy buena para el fútbol..." - se dijo a sí misma, un poco desanimada.
Entonces, decidió intentar con algo diferente: el arte. Se inscribió en un taller de dibujo y pintura, creyendo que sería la solución a su aburrimiento. Pero, aunque pintar colores vivos le parecía hermoso, no podía dejar de pensar en que quería moverse y divertirse.
"Esto está lindo, pero me gustaría estar afuera, saltando y riendo..." - murmuraba mientras miraba por la ventana.
Un día, mientras paseaba por el parque, vio a un grupo de niños vestidas con unos uniformes verdes haciendo una actividad al aire libre. Estaban jugando, riendo, y todos parecían felices. Meli se acercó curiosa.
"¿Qué están haciendo?" - preguntó con una gran sonrisa.
"¡Estamos en las Guías Scout!" - respondió una niña de rizos dorados. "Hacemos aventuras, aprendemos sobre la naturaleza, y somos grandes amigos."
Meli escuchó con atención intrigada.
"¿Puedo unirme?"
"Claro, ¡ven a la reunión del viernes!" - dijo la niña.
El viernes llegó muy rápido. Meli se vistió con su atuendo más cómodo y, con el corazón lleno de emoción, fue a la reunión.
Al llegar, fue recibida con abrazos y sonrisas.
"¡Bienvenida, nueva Scout!" - gritó el grupo en un unísono. La llenaron de energía.
Durante las semanas siguientes, Meli alucinaría con todas las actividades. Aprendieron a hacer fogatas, cocinar al aire libre, y hasta acampar bajo las estrellas.
"Esto es justo lo que necesitaba, ¡me encanta!" - exclamó un día mientras se reía con sus nuevos amigos alrededor de una fogata.
Pero un día, mientras acampaban, algo inesperado sucedió. Durante una excursión a la montaña, una de las niñas se perdió. Meli se sintió un poco asustada, pero recordó lo que habían aprendido sobre trabajar en equipo.
" chicas, tenemos que ayudar!" - dijo con determinación.
El grupo se organizó.
"Voy a buscar en esta dirección, y ustedes en la otra" - propuso Meli. Se sintió valiente al liderar y al caminar por el sendero. Al final, después de un rato, escucharon el grito de su amiga.
"¡Acá estoy!" - exclamó entre risas y alivio.
Meli y sus compañeros la encontraron, y todos se abrazaron celebrando que la amistad y el trabajo en equipo era una de las cosas más importantes que habían aprendido juntos:
"- ¡Lo logramos! Este es solo el comienzo, siempre estaremos disponibles para ayudar a nuestros amigos!" - dijo Meli con una gran sonrisa.
Esa noche, mientras miraban las estrellas, Meli se sintió agradecida por haber encontrado su lugar.
"Ser Scout es lo más divertido que he hecho. No solo aprendí a moverme y divertirme, sino que también tengo amigos increíbles" - reflexionó Meli. Ella sabía que había encontrado su pasión, y que cada aventura por venir sería única.
Y así, con cada campamento, caminata y risa, Meli continuó creciendo, aprendiendo y explorando el mundo, siempre rodeada de amigos que compartían su amor por la naturaleza y la aventura. Y todos los días, cuando llegaba a casa, sabría que había encontrado el lugar donde realmente pertenecía:
"¡Soy Scout y estoy lista para nuevas aventuras!" - solía exclamar con entusiasmo.
A partir de entonces, Meli nunca volvió a sentir aburrimiento, porque su corazón siempre estaba lleno de alegría, amistad y aventuras en la naturaleza.
FIN.