Mellizas en la nieve



Juja y Hele estaban muy emocionadas por la llegada de su tía Meli. Ella era una persona muy especial para ellas, siempre les contaba historias divertidas y les enseñaba cosas nuevas.

-¡Tía Meli! ¡Qué alegría verte! -dijeron las mellizas al unísono mientras abrazaban a su tía con mucha fuerza. -¡Hola mis princesitas! ¿Cómo están? -preguntó la tía Meli sonriendo. -Estamos felices porque nos vamos de vacaciones a la nieve -respondió Juja emocionada. -¡Qué maravilla! Yo también amo la nieve.

Y traje una sorpresa para ustedes -dijo la tía sacando de su bolso una caja pequeña envuelta en papel dorado. Las mellizas abrieron rápidamente el regalo y encontraron dos muñecos de gato hechos a mano por su tía.

Los ojos de las niñas se iluminaron al ver los detalles perfectos en cada uno de los muñecos. -Tienen que ponerles nombres -les dijo la tía Meli sonriendo.

Después del almuerzo, las mellizas fueron a clases de danzas con sus amigas. Les encantaba moverse al ritmo de la música y hacer nuevos amigos. Cuando terminó la clase, corrieron hacia su casa para jugar con Tita, su mascota preferida que siempre los hacía reír con sus travesuras graciosas.

-Miren lo que encontré en mi armario -dijo Hele mostrando un par de patines nuevos que compraron sus padres para el viaje a la nieve-. ¿Quieren venir a probarlos conmigo? -¡Sí! -dijo Juja emocionada.

Las mellizas salieron al jardín y se pusieron los patines. Al principio, les costó un poco mantener el equilibrio, pero después de varias caídas lograron deslizarse por el pasto como si estuvieran en la nieve. -¡Esto es genial! -exclamó Hele mientras giraba en círculos.

La tarde pasó volando entre juegos y risas. Cuando llegó la noche, las mellizas se acostaron temprano para soñar con su viaje a la nieve.

Al día siguiente, las mellizas se despertaron muy temprano para preparar todo lo necesario para su viaje. Empacaron sus abrigos, guantes y bufandas junto con los muñecos de gato que les regaló su tía Meli. Finalmente llegaron a la nieve y disfrutaron cada minuto del viaje.

Hicieron muñecos de nieve, construyeron iglús y aprendieron a esquiar juntas. También conocieron nuevos amigos que compartían sus mismas aficiones. Cuando regresaron a casa, las mellizas le contaron todo a su tía Meli sobre sus aventuras en la nieve.

Le enseñaron fotos de los paisajes hermosos que vieron y le mostraron los muñecos de gato que ella les había regalado. -Qué felices me hacen verlas tan contentas -dijo la tía Meli emocionada-. Recuerden siempre disfrutar cada momento juntas y seguir descubriendo cosas nuevas.

Las mellizas sonrieron y se abrazaron a su tía Meli. Habían aprendido una valiosa lección sobre la importancia de disfrutar cada momento con las personas que aman.

FIN.

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