Melodías de amistad



En una escuela muy especial, llamada "Escuela de los Sonidos Compuestos", vivían varios niños y niñas que tenían la increíble habilidad de crear sonidos mágicos cuando se emocionaban.

Cada vez que sentían alegría, tristeza, miedo o enojo, sus voces se mezclaban con los sonidos del entorno para formar melodías únicas y maravillosas. Los protagonistas de nuestra historia eran Martina y Lucas, dos amigos inseparables que compartían todas sus clases y recreos juntos.

Martina era una niña alegre y extrovertida, mientras que Lucas era más tímido pero muy inteligente. Un día, la directora de la escuela anunció un concurso de talentos donde los alumnos debían demostrar su habilidad para crear sonidos compuestos a través de las emociones.

Martina y Lucas estaban emocionados por participar en el concurso. Se dedicaron a practicar juntos todos los días después de clases, explorando nuevas formas de combinar sus voces para crear melodías únicas.

Durante las prácticas, descubrieron que cuando cantaban juntos y se dejaban llevar por la emoción del momento, sus voces se fusionaban de manera perfecta creando sonidos nunca antes escuchados en la escuela. El día del concurso finalmente llegó.

Todos los alumnos estaban ansiosos por mostrar sus talentos ante el jurado compuesto por profesores y padres. Martina y Lucas subieron al escenario temblando de emoción, pero decididos a dar lo mejor de sí mismos.

Comenzaron a cantar una canción sobre la amistad y la importancia de trabajar juntos. - ¡Qué bonita melodía están creando Martina y Lucas! -susurraba emocionada una mamá desde el público.

A medida que avanzaba la canción, los sonidos compuestos fluían con naturalidad entre ellos, envolviendo a todos en una atmósfera mágica llena de alegría y armonía. Al finalizar su actuación, el auditorio estalló en aplausos y vítores para Martina y Lucas. El jurado no tuvo dudas al declararlos ganadores del concurso.

Martina abrazó emocionada a su amigo Lucas mientras lágrimas de felicidad recorrían sus mejillas. - ¡Lo logramos! ¡Somos los mejores juntos! -exclamó Martina entre risas. Desde ese día, Martina y Lucas se convirtieron en leyendas dentro de la "Escuela de los Sonidos Compuestos".

Su amistad demostraba que cuando dos personas trabajan juntas con amor y armonía pueden lograr cosas maravillosas. Y así continuaron creando melodías llenas de emoción e inspiración para todos aquellos que tuvieran el placer de escucharlos.

FIN.

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