Melodías de Amor y Valientes Corazones



Había una vez dos hermanitas llamadas Ame y Hele. Ame era una bebé muy tierna y siempre estaba feliz. Le encantaba escuchar música, bailar y cantar.

Cada vez que sonaba una canción, sus ojitos se iluminaban y empezaba a moverse al ritmo de la melodía. Hele, por otro lado, era una niña muy amorosa. Tenía el cabello negro como el ébano y la piel clara como la nieve.

Le gustaba explorar todo a su alrededor y descubrir cosas nuevas cada día. Un día soleado, las dos hermanitas decidieron ir al parque a jugar. Ame llevó consigo su juguete favorito: un tambor pequeñito que hacía ruidos divertidos cuando lo golpeaba con sus manitos chiquitas.

Al llegar al parque, Ame comenzó a tocar su tambor mientras Hele correteaba por todos lados. Los niños del parque se acercaron curiosos para ver qué estaba pasando.

- ¡Qué lindo suena tu tamborcito! - exclamó uno de los niños admirado. - Sí, me gusta mucho hacer música y bailar - respondió Ame con una sonrisa en su rostro. Todos los niños quedaron fascinados con el talento musical de Ame e incluso algunos comenzaron a bailar junto a ella.

La alegría llenó el ambiente mientras los sonidos musicales invadían el parque. De repente, un perro callejero se acercó corriendo hacia ellos. Todos los niños se asustaron y salieron corriendo en diferentes direcciones para ponerse a salvo.

Ame, sin embargo, no se movió de su lugar. Miró al perro con ternura y extendió sus brazos para abrazarlo. - ¡No tengas miedo, perrito! - le dijo Ame con una voz dulce-. Ven aquí, te quiero mucho.

El perro callejero se acercó lentamente a Ame y dejó que ella lo acariciara. Parecía haber encontrado un nuevo amigo en la pequeña niña llena de amor. Hele, que había estado observando todo desde lejos, se acercó cautelosamente.

Al ver el cariño entre Ame y el perrito callejero, decidió también darle una oportunidad a ese nuevo amigo. Los niños del parque regresaron poco a poco cuando vieron que el perro estaba tranquilo junto a las hermanitas.

Todos quedaron sorprendidos por la valentía y bondad de Ame y Hele. Desde aquel día, Ame y Hele se convirtieron en las heroínas del parque.

Su música alegraba los corazones de todos los vecinos y su amor incondicional inspiraba a todos a ser amables con los demás. A medida que crecían juntas, Ame continuó bailando y cantando mientras Hele exploraba el mundo con curiosidad infinita.

Juntas demostraban que la música puede unirnos a todos y que el amor es capaz de transformar cualquier situación difícil en algo hermoso. Y así fue como Ame y Hele enseñaron al mundo que cada uno tiene su propio talento especial para compartir con los demás.

Con su música y amor infinito, dejaron una huella imborrable en los corazones de todas las personas que conocieron. .

FIN.

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