Memorama en Familia


En una tarde fría de invierno, Pedro y su hermanita menor, Sofía, se encontraban solos en casa esperando a que llegara su mamá.

Ella había salido al mercado con el poco dinero que tenían para comprar pan y algunas verduras. El viento soplaba fuerte afuera y la temperatura seguía bajando. Pedro, quien tenía diez años, se preocupaba por su hermanita pequeña. Se acercó a ella y le dijo: "Tranquila Sofi, mamá va a llegar pronto.

Mientras tanto, podemos jugar un juego para pasar el tiempo". Sofía asintió con una sonrisa tímida en su rostro. Pedro pensó rápidamente en qué juego podrían jugar para mantenerse entretenidos.

Recordó que tenían un viejo juego de mesa en el armario del living y decidió sacarlo. "¡Vamos a jugar al memorama!", exclamó Pedro emocionado. Sofía asintió nuevamente y los dos se sentaron en el suelo junto a la estufa para comenzar a jugar.

Pedro mezcló las cartas del memorama y las dispuso boca abajo sobre la alfombra gastada. Durante varios minutos, los hermanos se turnaron para levantar las cartas e intentar encontrar las coincidencias.

A pesar del frío que se colaba por las ventanas mal selladas, el calor de la diversión los envolvía mientras jugaban juntos. De repente, escucharon pasos apresurados en la entrada y vieron a su mamá entrar cargada con varias bolsas de compras.

"¡Mamá! ¡Qué bueno que llegaste!", gritaron los niños corriendo hacia ella. Su mamá les dedicó una cálida sonrisa cansada pero feliz al verlos tan contentos.

Les explicó que había tenido que hacer una fila larga en el mercado debido al clima adverso, pero que finalmente había logrado conseguir lo necesario para la cena. Pedro y Sofía ayudaron a su mamá a guardar las compras y luego se sentaron juntos en la mesa para disfrutar de una rica merienda caliente con el pan recién comprado.

Mientras compartían aquel momento especial en familia, Pedro pensó en lo importante que era estar unidos y apoyarse mutuamente, incluso cuando las circunstancias parecían difíciles. Supo entonces que siempre podían encontrar formas creativas de pasar el tiempo juntos y mantenerse fuertes como familia.

La tarde fría ya no parecía tan sombría gracias al amor compartido entre ellos. Y así, entre risas y juegos, terminaron ese día con el corazón lleno de gratitud por tenerse los unos a los otros.

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