Mercedes y el Viaje de los Andes



Era una soleada mañana en un pequeño pueblo argentino, donde vivía una niña llamada Mercedes. Desde muy chiquita, siempre había soñado con ser una gran aventurera y hacer algo extraordinario por su país. Un día, mientras paseaba por el parque con su perro, escuchó a unas personas hablando sobre un famoso cruce de los Andes que había hecho el general San Martín.

"¿Sabían que San Martín cruzó los Andes para luchar por nuestra libertad?" - dijo un hombre mayor.

"¡Así es!" - exclamó una mujer. "Él y sus soldados demostraron un amor inmenso por la patria en la batalla de San Lorenzo."

Mercedes, emocionada por lo que escuchó, decidió que debía aprender más sobre esos héroes y cómo habían luchado por la independencia.

"¡Tengo que hacer algo!" - se dijo a sí misma.

Esa noche, mientras dormía, tuvo un sueño muy especial. En su sueño, el espíritu de San Martín apareció ante ella.

"Hola, joven Mercedes. He escuchado tu deseo de honrar a nuestra patria. ¿Estás lista para una aventura?"

"¡Sí, sí!" - respondió Mercedes, con una sonrisa de oreja a oreja.

"Entonces prepárate. Vas a cruzar los Andes, pero no será fácil. Deberás enfrentarte a desafíos y demostrar tu amor por tu país."

Al despertar, Mercedes se sintió extraña pero decidida. Así que, con su mochila, una brújula y su perro, Pichí, comenzó su viaje hacia las montañas. Al llegar a la base de los Andes, una gran tormenta se desató.

Mercedes miró hacia arriba, donde las cumbres nevadas parecían tocar el cielo.

"No puedo rendirme ahora. ¡Por San Martín y todos los héroes que lucharon por nuestra libertad!"

Con valentía, comenzó a escalar. Mientras ascendía, se encontró con una cuerda que se había roto.

"¿Cómo voy a seguir?" - se lamentó.

De pronto, un grupo de cóndores apareció sobre ella.

"¡Mercedes!" - gritaron los cóndores. "Nosotros te ayudaremos."

Los cóndores, con su fuerza, le arrojaron una cuerda de seda que se había deslizado por el camino.

"¡Toma esto, valiente!" - gritó uno de ellos.

Mercedes ató la cuerda y logró continuar su ascenso. Al llegar a la cima, se encontró con un hermoso paisaje que parecía un cuadro.

"¡Esto es increíble!" - exclamó. Pero de repente, sintió un temblor.

Una avalancha comenzó a bajar por la montaña.

"¡Pichí, debemos correr!" - gritó. Ambos huyeron y se adentraron en un bosque mágico.

En ese bosque, conocieron a un grupo de animales que representaban las cualidades de diferentes héroes argentinos.

"¡Hola, Mercedes!" - gritó un zorro. "Soy el Zorro de la Libertad. Te enseñaré a ser astuta, como nuestros valientes patriotas."

"Y yo soy el Pájaro de la Esperanza" - dijo otro animal. "Te enseñaré a nunca perder la fe en lo que haces."

Mercedes aprendió de cada uno de ellos sobre el amor por la patria y la valentía. Así, con sus nuevos amigos, logró salir del bosque y continuar su misión.

Finalmente, llegó a la famosa Batalla de San Lorenzo. Allí, pudo sentir el espíritu de aquellos héroes que habían luchado por su país.

"¡Por nuestra libertad y en honor a quienes dieron su vida!" - gritó.

Con esa fuerza y amor que llevaba en su corazón, regresó a su hogar. Ya no era solo una niña, había vivido una aventura inolvidable.

El pueblo la recibió con alegría, y ella compartió su historia.

"¡Debemos amar y cuidar nuestra patria, como lo hicieron nuestros héroes!"

Mercedes, desde aquel día, se convirtió en una cuenta cuentos. Hablaba de San Martín y todos los valientes que lucharon por la independencia, recordando a todos la importancia de tener amor por su patria y vivir con valor. La pequeña aventurera había encontrado su propósito y se sintió más grande que las montañas que había cruzado.

FIN.

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