Mi Amiga Capibara



Había una vez un niño llamado Lucas que vivía en un pequeño pueblo rodeado de ríos, árboles y mucha naturaleza. Un día, mientras exploraba la orilla del río con su amigo Tomás, se topó con algo que nunca había visto antes. Era una capibara, un animal grande y simpático que estaba muy cerca del agua, disfrutando del sol.

"¡Mirá eso, Tomás!" - exclamó Lucas con asombro.

"¿Qué es? Nunca vi uno de esos" - respondió Tomás alzando las cejas.

Lucas se acercó lentamente a la capibara. Él recordaba que había leído sobre ellas en un libro. Tenían una apariencia amistosa y parecían disfrutar de la compañía.

"Hola, amiguita" - dijo Lucas, acariciando suavemente su cabeza.

La capibara miró a Lucas con sus grandes ojos marrones, como si entendiera lo que el niño decía.

Después de un rato, Lucas decidió que quería llevar a la capibara a su casa. No solo quería tener una mascota, ¡sino que quería compartir su vida con ella!

Sin embargo, el camino de vuelta estuvo lleno de sorpresas. Justo antes de llegar a casa, Lucas escuchó un grito en el aire.

"¡Ayuda!" - era la voz de un pájaro atrapado entre unas ramas.

"Mirá, Tomás, tenemos que ayudarlo" - dijo Lucas.

Con la capibara a su lado, se acercaron al árbol. Lucas trepó un poco y logró liberar al pájaro.

"¡Gracias!" - chirrió el pájaro antes de volar hacia el cielo.

Cuando llegaron a casa, Lucas estaba emocionado y le presentó a su nueva amiga.

"Mamá, te presento a mi mascota, ¿puedo quedármela?" - preguntó.

"¿Una capibara? Lucas, son animales muy grandes y necesitan espacio" - dijo su mamá, preocupada.

"Prometo cuidarla" - insistió Lucas.

Finalmente, su mamá aceptó, pero había una condición: la capibara debería vivir en el patio grande donde tuviesen suficiente espacio para jugar. Lucas asintió con entusiasmo y comenzó a buscar un nombre para su nueva amiga.

"Voy a llamarte Capitana" - decidió, viendo la fuerza y la elegancia del animal.

Capitana se convirtió en la mejor compañera de Lucas. Juntos exploraban el campo, jugaban en el agua y hacían nuevos amigos en el camino. Un día, mientras paseaban por el bosque, conocieron a un grupo de niños que estaban jugando.

"¿Puedo jugar con ustedes?" - preguntó un niño de cabello rizado.

"Claro, ¡pero debemos tener cuidado con Capitana!" - respondió Lucas mientras su capibara mordisqueaba una planta cercana.

Los niños comenzaron a jugar juntos, lanzando pelotas y corriendo por el campo. Capitana también participaba, saltando y correteando felizmente.

Después de horas de diversión, una niña se acercó a Lucas y le dijo:

"Nunca pensé que una capibara podría ser tan divertida" - con una sonrisa.

"Sí, Capitana es especial. ¿Por qué no llevamos a Capitana a la escuela un día?" - sugirió Lucas, entusiasmado.

"¡Eso sería genial!" - aplaudieron los niños.

Al día siguiente, decidieron hablar con la maestra sobre llevar a Capitana al aula. **La maestra estaba sorprendida pero excited.**

"Está bien, pero deben cuidarla y asegurarse de que no cause problemas. Los animales también son parte del aprendizaje" - explicó la maestra.

El día siguiente llegó, y fue un éxito. Los niños aprendieron sobre la vida de las capibaras, cómo cuidarlas y cómo respetar a los animales. Capitana se convirtió en la estrella de la clase.

"Me encanta enseñarles a cuidar de los animales, puede ser increíble cuidar de una mascota" - dijo la maestra.

Pasaron las semanas y la amistad entre Lucas y Capitana siguió creciendo. Un día, mientras jugaban, Lucas notó un grupo de personas en la plaza del pueblo que hablaban sobre la protección de la fauna.

"Deberíamos ayudar a cuidar el medio ambiente, Capitana" - sugirió Lucas.

"¡Sí! Los animales y plantas nos necesitan" - como si Capitana respondiera, se acercó a Lucas y lo miró con alegría.

Desde ese día, Lucas y sus amigos comenzaron a organizar actividades en el pueblo. Hicieron carteles, limpiaron el parque y enviaron cartas a la municipalidad sobre la importancia de cuidar la naturaleza y todos sus seres.

La pequeña capibara se convirtió en un símbolo del cambio. Gracias a su amistad, Lucas creó conciencia en su comunidad sobre la importancia de respetar y cuidar el medio ambiente.

Y así, Lucas y Capitana aprendieron juntos que, a veces, una mascota puede convertirse no solo en un amigo, sino en un instrumento para hacer del mundo un mejor lugar para todos. Todos en el pueblo admiraban la valiosa amistad que compartían, enseñando sobre la unión y la importancia de proteger a nuestros amigos del bosque.

FIN.

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