Mi Ángel Guardián


Belen era una joven muy dedicada a su trabajo como profesora de inglés. Siempre había sido una apasionada del idioma y se sentía feliz enseñándolo a sus alumnos.

Sin embargo, últimamente se encontraba aturdida por la presencia de un espíritu que parecía seguirle a todas partes. La situación era cada vez más incómoda para Belen, quien no sabía cómo lidiar con la presencia del espíritu.

Un día, mientras caminaba hacia su casa después de dar clases, el espíritu apareció frente a ella en forma de pequeño niño. "Hola Belen, ¿cómo estás?" -dijo el niño. "¿Quién eres tú?" -preguntó Belen sorprendida. "Soy tu ángel guardián" -respondió el niño sonriendo-. "He venido a ayudarte".

Belen no podía creer lo que estaba escuchando, pero al mismo tiempo sintió una extraña calma al hablar con el niño. "¿Qué puedo hacer para librarme de esta presencia que me está atormentando?" -preguntó Belen.

El niño le explicó que debía enfrentar sus miedos y aprender a aceptar las cosas tal y como son. Le dijo que muchas veces los problemas surgen porque nos resistimos al cambio o porque no queremos ver la realidad.

Belen reflexionó sobre las palabras del niño y decidió ponerlas en práctica. A partir de ese momento comenzó a meditar todos los días y aprendió técnicas para controlar su mente y sus emociones.

También empezó a hablar con el espíritu cada vez que lo veía, tratándolo con respeto y cariño. Con el tiempo, Belen logró aceptar la presencia del espíritu en su vida y descubrió que no era algo malo, sino una oportunidad para crecer como persona.

Aprendió a vivir en armonía con el mundo espiritual y se convirtió en una profesora aún más sabia e inspiradora para sus alumnos. La historia de Belen demuestra que muchas veces los problemas que enfrentamos pueden ser oportunidades para aprender y crecer.

Solo necesitamos tener la mente abierta y estar dispuestos a enfrentar nuestros miedos.

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