Mi familia en Buenos Aires
Alex, Marcus y su mamá llegaron a Buenos Aires muy emocionados por conocer la ciudad. Nunca habían visitado Argentina antes y estaban ansiosos por explorarla. Al llegar al aeropuerto, fueron recibidos por su abuela y sus tíos.
"¡Bienvenidos a casa!", dijo la abuela mientras los abrazaba con fuerza.
Alex se sintió un poco confundido porque nunca había estado en esa casa antes, pero rápidamente se dio cuenta de que para su mamá era su hogar de infancia. La familia los llevó a dar una vuelta por la ciudad y les mostraron lugares hermosos como el Obelisco, el Teatro Colón y La Boca.
Alex estaba fascinado con todo lo que veía: los colores brillantes de las casas en La Boca, las calles empedradas del barrio San Telmo y la majestuosidad del Congreso Nacional. Después de unos días en Buenos Aires, Alex empezó a sentirse más cómodo con su nueva familia.
Descubrió que tenía muchos primos con quienes jugar y tías que le cocinaban comida deliciosa todos los días. Un día, mientras paseaba con su tío Juan por el parque, algo extraño pasó. Un perro grande corrió hacia ellos ladrando fuerte.
Alex se asustó mucho pero Juan actuó rápido e hizo algunas señales al perro para tranquilizarlo. Después de unos minutos el perro se calmó y ellos continuaron caminando como si nada hubiera pasado. "¿Cómo hiciste eso?", preguntó Alex sorprendido.
"Los perros pueden sentir cuando estamos nerviosos o asustados", respondió Juan. "Si les mostramos que somos amables y confiados, ellos también se calman". Esa noche, Alex pensó mucho en lo que Juan le había dicho sobre los perros.
Se dio cuenta de que podía aplicar esa misma idea a las personas. Si él mostraba amabilidad y confianza hacia los demás, tal vez ellos también se sentirían más cómodos alrededor suyo.
Los días pasaron volando y pronto llegó el momento de despedirse. Alex estaba triste porque había conocido a una familia increíble y no quería dejarlos. "¡No te preocupes!", dijo la abuela mientras lo abrazaba con fuerza. "Ahora tienes una gran familia aquí en Argentina.
Siempre serás bienvenido de regreso". Alex sonrió sabiendo que siempre tendría un hogar lejos de casa gracias a su nueva familia en Buenos Aires.
FIN.