Mi hermana Sam y yo



Había una vez dos hermanos, Martín y Sam. Martín era un niño tranquilo que amaba sus juguetes, mientras que Sam era muy traviesilla y siempre quería jugar con ellos, aunque a veces terminaba rompiéndolos.

Martín se sentía triste y frustrado cada vez que esto sucedía, pero no quería pelear con su hermana. Un día, Martín decidió hablar con Sam. "Sam, entiendo que quieras jugar con mis juguetes, pero me pone muy triste cuando los rompes.

Me gustaría encontrar una manera para que ambos podamos jugar juntos sin que mis cosas se rompan", le dijo. Sam se detuvo a pensar y luego sugirió: "¿Y si compartimos los juguetes y jugamos juntos? Así ninguno se sentirá excluido ni triste".

Martín sonrió, emocionado por la propuesta de su hermana. A partir de ese día, los dos hermanos compartieron sus juguetes y encontraron formas creativas de jugar juntos.

A veces Martín dejaba que Sam eligiera un juguete primero, y otras veces Sam proponía juegos donde ambos jugaban un papel importante. Con el tiempo, Martín y Sam se volvieron más unidos y aprendieron a resolver sus diferencias de manera pacífica.

A través de la comprensión y la cooperación, descubrieron que compartir no solo hace felices a los demás, sino que también fortalece los lazos de amor entre hermanos.

FIN.

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