Mi Mamá es Enfermera

Había una vez en un pequeño barrio de la ciudad, un niño llamado Lucas. Lucas era un niño curioso que siempre tenía millones de preguntas en su cabeza. Pero había una cosa que siempre lo llenaba de admiración: su mamá, que era enfermera.

Todos los días, Lucas veía cómo su mamá se preparaba para ir a trabajar. Ella llevaba un uniforme blanco brillante y una gran sonrisa que iluminaba su rostro. Lucas siempre le decía:

"Mamá, ¿qué es lo que más te gusta de ser enfermera?"

"Me encanta cuidar a las personas y ayudar a que se sientan mejor, Lucas". Respondía su mamá mientras se ataba el cabello.

Un día, mientras estaba en la escuela, Lucas escuchó a sus compañeros hablar sobre una competencia de dibujo. El tema era el trabajo de los adultos. Lucas decidió que dibujaría a su mamá en su trabajo como enfermera.

Pasó la tarde dibujando cuidadosamente a su mamá rodeada de niños y adultos sonriendo. Cuando terminó, estaba tan emocionado que casi no podía esperar para mostrárselo a su mamá.

La noche llegó, y cuando su mamá regresó a casa, Lucas corrió hacia ella con su dibujo.

"Mamá, mira lo que hice!"

"¡Es hermoso, Lucas! ¡Gracias!"

"Quiero que todos sepan lo especial que sos, y que ser enfermera es increíble".

Un par de días después, la maestra de Lucas pidió a cada uno que presentara su dibujo a la clase. Lucas se sintió un poco nervioso, pero sabía que tenía que hacerlo.

Cuando llegó su turno, Lucas caminó hacia adelante con su dibujo en mano.

"Hola a todos, yo dibujo a mi mamá, que es enfermera. Ella ayuda a las personas todos los días y hace que se sientan mejor".

Los compañeros aplaudieron y la maestra sonrió. Cuando terminó, la maestra le pidió a todos que hicieran preguntas.

"¿Qué es lo más loco que te pasó en el trabajo, Lucas?" preguntó un niño.

"Una vez, un niño llegó con un perro que se había lastimado el patita. Mi mamá fue tan rápida que lo curó en un instante".

"¿De verás? ¡Quiero ser como tu mamá!" respondió una niña.

Esa noche, Lucas se quedó pensando en cómo su mamá impactaba en la vida de los demás. Así que decidió que también quería ayudar. Así que ideó un plan.

Al día siguiente, se levantó temprano y fue a la cocina donde encontró varios juguetes en la mesa.

"Con esto puedo hacer una colecta para donar a la casa de los niños". Lucas se dijo a sí mismo y comenzó a juntar todos sus juguetes que ya no usaba.

"Mamá, ¡voy a ayudar a los niños como vos!" dijo Lucas cuando su madre entró a la cocina.

"Eso es maravilloso, Lucas, pero necesitamos también donar ropa y libros".

"¡Tenés razón! Vamos a hacer una gran recopilación".

Juntos hicieron carteles, los distribuyeron en el barrio y al poco tiempo comenzaron a recibir donaciones. Depués de unas semanas, Lucas y su mamá recolectaron un montón de juguetes, ropa y libros para entregar a una casa de niños. Era un lugar donde viven niños que no tienen hogar.

El día de la entrega, Lucas estaba muy emocionado. Fueron juntos al lugar, y al llegar, los niños salieron corriendo a recibirlos.

"¡Hola! Somos Lucas y su mamá, venimos a traerles algunos regalos". Dijo Lucas sonriendo.

"¡Gracias! ¡Son tan geniales!" gritaron los niños.

"Tú eres como una enfermera también, porque estás ayudando a otros" dijo uno de los chicos.

Lucas se sintió tan feliz que casi no podía dejar de sonreír. La experiencia hizo que entendiera mucho más sobre ser enfermera y ayudar a los demás.

"Mamá, quiero ser un enfermero también cuando crezca".

"Puedes ser lo que desees, mientras lo hagas con amor". Respondió su mamá mientras le daba un abrazo.

A partir de aquel día, Lucas se propuso ayudar a los demás de cualquier forma en su día a día, mientras soñaba con ser enfermero, como su mamá.

Y así, entre dibujos y colectas, Lucas aprendió que ayudar a los otros es la mejor forma de hacer del mundo un lugar mejor.

Y así, cada vez que alguien le preguntaba qué quería ser de grande, Lucas sonreía y decía:

"Quiero ser enfermero, como mi mamá".

El final de esta historia es solo el comienzo de muchas aventuras por venir, llenas de ayuda y solidaridad, porque cada pequeño gesto cuenta, y cualquier persona puede brillar cuando se dedica a cuidar a los demás.