Mi primer día de aventuras


Milena era una niña muy curiosa y llena de energía. Había llegado el momento de su primer día de escuela, pero a pesar de su emoción, también sentía un poco de miedo en su corazón.

Cuando Milena llegó a la escuela, se encontró rodeada por un montón de niños que jugaban y reían juntos. Pero ella se quedó parada en un rincón, sintiéndose insegura y temerosa de acercarse a ellos.

La señorita Laura, su profesora, notó la tristeza en los ojos de Milena y decidió acercarse a ella. Con una sonrisa cálida le dijo: "Hola Milena, bienvenida a nuestra clase.

¿Cómo te sientes hoy?"Milena miró tímidamente a la señorita Laura y respondió: "Tengo miedo de que los otros niños no me acepten". La señorita Laura tomó las manos de Milena con ternura y le aseguró: "No te preocupes. Aquí todos somos amigos y estamos aquí para aprender y divertirnos juntos.

Te prometo que todo estará bien". Con esas palabras reconfortantes, Milena comenzó poco a poco a sentirse más segura. La señorita Laura siempre estaba allí para apoyarla cuando tenía dificultades con alguna tarea o cuando necesitaba ayuda para hacer nuevos amigos.

Un día durante el recreo, mientras Milena observaba desde lejos cómo los demás niños jugaban al fútbol, la señorita Laura se le acercó nuevamente. "¿Por qué no te unes al juego?" preguntó amablemente.

Milena dudaba, pero la señorita Laura le recordó: "Recuerda que tienes habilidades únicas y especiales. No tengas miedo de mostrar al mundo quién eres". Animada por las palabras de su profesora, Milena decidió dar un paso adelante.

Se acercó a los niños y les preguntó si podía jugar con ellos. Los niños aceptaron alegremente y pronto Milena se encontraba corriendo detrás del balón junto con sus nuevos amigos. Descubrió que era divertido hacer ejercicio y reír juntos mientras jugaban.

Con el tiempo, Milena se dio cuenta de que la escuela no era tan aterradora como pensaba. Los otros niños eran amables y estaban dispuestos a conocerla mejor. Aprendió cosas nuevas cada día y disfrutaba compartiendo sus conocimientos con sus compañeros.

Un día, mientras pintaban en clase, la señorita Laura notó cómo Milena había crecido desde su primer día de escuela. Le dijo: "Milena, estoy muy orgullosa de ti.

Has superado tus miedos y te has convertido en una niña valiente y segura de sí misma". Milena sonrió orgullosamente y respondió: "Gracias señorita Laura por ayudarme a descubrir lo maravillosa que es la escuela". A partir de ese momento, Milena se convirtió en una niña feliz e entusiasta en la escuela.

Ya no tenía miedo de ser rechazada porque sabía que tenía amigos verdaderos allí.

Y así fue como Milena aprendió una valiosa lección: siempre hay alguien dispuesto a ayudarte cuando más lo necesitas, solo tienes que tener el coraje para pedir ayuda y darle una oportunidad a la vida.

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