Mi primer día de clases en Colegio Compañeros Recreo



Era un hermoso lunes de verano cuando Lola se despertó llena de emoción. Era su primer día de clases en el Colegio Compañeros. Se vistió con su uniforme nuevo y preparó su mochila con cada cosa que su mamá le había dicho que llevara.

"¡Mami, ya estoy lista!" - gritó Lola desde su habitación.

"¡Genial, Lola! Tómate tu tiempo y recuerda, lo más importante es divertirte y hacer amigos." - respondió su madre, mientras le preparaba un desayuno con muchas tostadas y mermelada.

Lola se comió las tostadas casi de un solo bocado, porque estaba ansiosa por conocer a sus compañeros. Cuando llegó al colegio, vio a muchos niños jugando en el patio. Algunos estaban con pelotas, otros charlando y un par preguntándose por los autos de fuego. Estaba un poco nerviosa, pero decidió acercarse a un grupo que estaba jugando a la rayuela.

"¿Puedo jugar con ustedes?" - preguntó Lola tímidamente.

"¡Claro! Soy Lucas, y él es Bruno. ¿Sabes jugar?" - dijo Lucas.

"Sí, un poco. ¡Me encanta!" - dijo Lola, sonriendo más aliviada.

Los tres comenzaron a jugar y, aunque ninguna de las inversiones de la rayuela le salió bien, se rieron tanto que Lola sintió que ya había hecho amigos. Después del recreo, todos los niños se sentaron en su aula, y la maestra, la señora Verónica, les dio la bienvenida. Tenía un gran libro con muchas historias y su risa era contagiosa.

"Hoy haremos una actividad especial. Cada uno deberá contar algo que les guste muchísimo" - dijo la señora Verónica.

Lola se puso nerviosa de nuevo, pero cuando le llegó el turno, decidió hablar sobre su amor por el baile.

"A mí me encanta bailar, siempre lo hago con mi hermana en casa. Nos gusta hacer coreografías de diferentes canciones" - compartió con una gran sonrisa.

"¡Qué lindo! A mí también me gusta bailar. Tengo un amigo que va a la misma clase de danzas que vos. ¡Tal vez lo conozcas!" - dijo Bruno.

Esa primera jornada pasó volando entre risas, juegos y conocimiento. Al final del día, Lola sintió que había encontrado un lugar maravilloso donde podría aprender muchas cosas y hacer amigos. Cuando estaba saliendo del colegio, escuchó a Lucas y Bruno hablando entre ellos.

"¿Vas a la fiesta de fin de año?" - preguntó Lucas.

"No sé, a mi mamá no le gusta que vaya a fiestas..." - respondió Bruno con tristeza.

A Lola se le ocurrió una idea. La fiesta era una oportunidad hermosa para que todos compartieran y se divirtieran juntos.

"Chicos, ¿y si le decimos a la señora Verónica que organice algo especial para todos nosotros? Ella siempre tiene buenas ideas" - sugirió Lola.

Los dos miraron a Lola con sorpresa, pero sus rostros se iluminaron con una gran sonrisa.

"¡Eso es genial, Lola! No había pensado en eso" - respondió Lucas.

Así, el primer día de clases de Lola no solo había sido especial para ella, sino que logró que sus nuevos amigos se unieran para planear un gran evento.

Desde ese día, se hicieron inseparables. Los tres aprendieron que cuando se trabaja juntos, se pueden lograr grandes cosas y que, además, la amistad es uno de los tesoros más valiosos de la vida.

Y así, Lola supo que en el Colegio Compañeros había encontrado un lugar no solo para aprender, sino también para crecer y soñar, lleno de compañeros y risas para toda la vida.

FIN.

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