Mi primer vuelo en avión


Toni era un bebé muy dulce y risueño que vivía en una pequeña ciudad de Argentina. Su familia había planeado un viaje a la playa para disfrutar del sol y el mar durante las vacaciones de verano.

Pero, como la playa estaba lejos, tendrían que tomar un avión.

La mamá de Toni estaba emocionada por el viaje, pero también se sentía preocupada por cómo su pequeño bebé iba a reaccionar al estar en un lugar desconocido y rodeado de extraños. Por eso, decidió prepararse bien antes del vuelo. Primero, buscó información sobre los mejores horarios para viajar con bebés y reservó asientos cerca de la ventana para que Toni pudiera ver todo lo que pasaba afuera.

Luego, preparó una bolsa con juguetes nuevos para mantenerlo entretenido durante el vuelo. Finalmente llegó el día del viaje y toda la familia se dirigió al aeropuerto.

Al llegar allí, la mamá de Toni explicó a las azafatas que tenía un bebé pequeño con ella y ellas fueron muy amables al ayudarla a pasar rápidamente por los controles de seguridad. Cuando llegaron al avión, Toni comenzó a llorar porque no entendía lo que estaba pasando.

"No te preocupes mi amor", dijo su mamá mientras lo arrullaba en sus brazos-. "Estamos volando hacia nuestro destino".

El despegue fue un poco turbulento pero pronto el avión estabilizó su rumbo y Toni comenzó a relajarse mientras observaba fascinado todo lo que ocurría fuera de la ventanilla: las nubes blancas como algodón, los pájaros que volaban a su alrededor y las luces de la ciudad que se veían pequeñas a lo lejos. De repente, el avión comenzó a sacudirse fuertemente.

Los pasajeros comenzaron a gritar y Toni empezó a llorar desconsoladamente. La mamá de Toni intentaba calmarlo sin éxito mientras el padre trataba de mantener la calma ante la situación.

Pero entonces, una voz tranquila se escuchó por los altavoces del avión: "No se preocupen, esto es solo una turbulencia leve. Estamos haciendo todo lo posible para mantenerlos seguros". La voz era del piloto, quien hablaba con tranquilidad y seguridad.

Las palabras del piloto tranquilizaron no solo a Toni sino también al resto de los pasajeros. Todos comenzaron a respirar más tranquilos y poco después la turbulencia cesó. Finalmente, llegaron sanos y salvos al destino deseado.

La mamá de Toni estaba muy orgullosa de cómo su bebé había manejado el viaje en avión gracias a su paciencia y preparación previa.

La familia disfrutó mucho de sus vacaciones en la playa, pero siempre recordarán ese vuelo como una experiencia inolvidable que demostró que incluso las situaciones más difíciles pueden superarse con paciencia y confianza en uno mismo.

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