Mica la Chica Soñadora



En un pequeño pueblo llamado Fantasía, vivía una niña llamada Mica, conocida por ser una chica soñadora. Desde muy chiquita, Mica pasaba sus días observando las nubes y creando historias sobre los que podía ver en ellas. Un día, mientras estaba en el parque, se le acercó su amiga Lila.

"¿Qué estás mirando, Mica?" -preguntó Lila, curiosa.

"Estoy viendo un dragón que vuela entre las nubes. ¡Es tan lindo!" -respondió Mica, con una sonrisa en su rostro.

"Pero Mica, los dragones no existen, son solo cuentos" -dijo Lila, sin poder contener su risa.

Mica, aunque triste porque sus amigos no creían en sus sueños, decidió que no dejaría que eso la detuviera. Cada noche, antes de dormir, soñaba con aventuras mágicas y mundos fantásticos. Un día, mientras exploraba el bosque cerca de su casa, descubrió un árbol enorme con un tronco torcido que parecía tener una puerta.

"¿Qué habrá adentro?" -se preguntó Mica, llena de curiosidad.

Sin pensarlo dos veces, empujó la puerta y, para su sorpresa, se encontró en un mundo lleno de colores vibrantes y criaturas maravillosas. Había hadas, duendes y hasta un gigante amable que la saludó.

"¡Hola, Mica! ¡Bienvenida al Reino de los Sueños!" -dijo el gigante, moviendo su mano de manera amistosa.

Mica estaba asombrada y sonrió, sintiéndose feliz. Pasó el día explorando este nuevo mundo. Desde volar en una alfombra mágica hasta bailar con las hadas, cada instante era una aventura increíble. Mica se percató de que sus sueños no eran solo fantasías; podían hacerse realidad si uno se atrevía a imaginar.

Al caer la noche, un búho se acercó a ella.

"Mica, el tiempo se está acabando. Tienes que volver a casa antes de que se cierre el portal. Recuerda, los sueños son importantes, pero también lo es compartirlos con los demás" -le dijo el búho sabiamente.

Mica se despidió de sus nuevos amigos y regresó a su hogar. Entusiasmada, comenzó a dibujar todo lo que había visto en el Reino de los Sueños. Al día siguiente, llevó sus dibujos a la escuela y les mostró a todos sus compañeros.

"¡Miren este dragón! ¡Y este gigante!" -exclamaba Mica.

Los niños la miraban con curiosidad y asombro. Lila se acercó y le dijo:

"¿De verdad has estado en un lugar así, Mica?" -con un tono de admiración en su voz.

"Sí, y no solo es un sueño. Cada uno de nosotros puede tener sus propios sueños y hacerlos realidad si creemos en ellos" -respondió Mica, con gran entusiasmo.

Poco a poco, los otros niños comenzaron a compartir sus propias ideas y sueños. Algunos querían ser astronautas, otros pintores, y otros simplemente querían tener aventuras como Mica. Mica, emocionada, decidió organizar un día especial en el parque donde cada uno pudiera expresar sus sueños de la manera que quisieran; podía ser a través de dibujos, canciones o incluso pequeñas representaciones.

El día del evento, el parque estaba lleno de risas y actividades. Mica se sintió orgullosa al ver que sus compañeros también estaban soñando en voz alta.

"Los sueños son como semillas, mientras más los compartimos, más crecen y florecen" -dijo Mica, sonriendo a sus amigos.

Todos juntos celebraron la diversidad de sueños y se prometieron nunca dejar de soñar. Mica no solo había descubierto un mundo mágico dentro de un árbol, sino que había enseñado a sus amigos la importancia de creer en sus sueños y de compartirlos.

Desde ese día, en el pueblo de Fantasía, todos se conocían como los 'Guardianes de los Sueños', siguiendo el lema de Mica: "Si soñamos juntos, nada es imposible".

FIN.

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