Michel, el Superhéroe de La Patria de Bolívar
Era un día soleado en la Unidad Educativa Integral La Patria de Bolívar. Los niños jugaban en el patio y las risas resonaban en todo el lugar. Sin embargo, había un pequeño secreto que solo algunos conocían: Michel, un alumno normal, era en realidad un superhéroe.
Con su capa hecha de una sábana viejita y su máscara de cartón, Michel se convertía en "El Vengador de la Justicia" cada vez que veía alguna injusticia en su escuela. Usualmente, su superpoder era la capacidad de escuchar y ayudar a resolver problemas.
Un día, mientras compartía su almuerzo con amigos, escuchó a una niña llamada Sofía llorar por una esquina.
"¿Qué pasa, Sofía?" - preguntó Michel, tratando de sonar lo más héroe posible.
"No me dejan jugar al fútbol, porque dicen que soy chica" - sollozó Sofía, mirando al suelo.
Michel pensó rápido. No podía permitir que eso pasara. Así que convocó a sus amigos.
"¡Chicos! ¡Hagamos algo!" - gritó con energía.
A los pocos minutos, Michel reunió a sus amigos y los llevó al lugar donde estaban los chicos que no dejaban jugar a Sofía.
"¡Alto!" - exclamó Michel, con su voz firme de superhéroe. "Sofía quiere jugar y todos deben poder hacerlo, sin importar si son chicos o chicas. Necesitamos justicia en el fútbol!"
Los chicos, sorprendidos por el brío de Michel, se quedaron en silencio.
"¿No ven que el fútbol es para todos?" - continuó Michel. "Hoy haremos un partido mixto, y te necesitamos a vos, Sofía, como delantera. ¿Aceptás?"
Sofía miró a Michel con ojos llenos de esperanza y asintió con la cabeza. El resto de los chicos, al ver la valentía de Michel y la emoción de Sofía, aceptaron la idea.
Así que organizaron el partido y, para sorpresa de todos, fue un gran éxito. Sofía anotó un gol y todos la celebraron entusiasmados.
"¡Vamos, Sofía! ¡Sos la mejor!" - gritaban los chicos, y la niña sonreía más que nunca.
Desde ese día, el patio de la Unidad Educativa Integral se llenó de risas y juegos compartidos, sin importar el género, gracias al pequeño héroe que decidió luchar por la igualdad.
Sin embargo, un giro inesperado ocurrió una semana después. Un nuevo maestro llegó a la escuela y, sin querer, comenzó a dividir las actividades en "solo para chicos" y "solo para chicas". Los niños comenzaron a sentirse inseguros y tristes ante esta nueva regla.
Michel sabía que tenía que actuar.
"No podemos dejar que estas divisiones arruinen nuestros juegos y nuestra felicidad" - comentó durante el almuerzo, mirando a sus amigos.
"¿Qué vamos a hacer?" - preguntó Lucas.
"¡Es hora de un superplan!" - dijo Michel, decidido. "Organizaremos una reunión con todos los chicos y chicas y hablaremos con el maestro para que entienda que todos merecen jugar juntos."
Así que una vez más, Michel se puso su capa de superhéroe y se preparó para liderar a sus compañeros. Al día siguiente, organizaron una asamblea. Michel tomó el micrófono.
"Queremos hablar sobre lo importante que es jugar juntos, sin importar si somos chicos o chicas" - comenzó. "El juego nos une y nos hace mejores amigos. ¡Necesitamos que todos puedan participar!"
Ante la voz unida de todo el grupo, el maestro comenzó a entender. Al ver la pasión y el deseo de los niños por jugar juntos, decidió cambiar las reglas.
"Está bien chicos, entiendo su punto. A partir de ahora, todas las actividades serán inclusivas" - dijo el maestro, sonriendo.
Michel y sus amigos gritaron de alegría. Habían logrado su misión. El nuevo maestro se convirtió en su aliado y juntos organizaron torneos y actividades que integraban a todos.
Y así, Michel, el superhéroe de la Unidad Educativa Integral La Patria de Bolívar, no solo defendió la justicia, sino también la amistad y la igualdad. La comunidad aprendió que, aunque uno puede parecer un niño normal, todos tienen el poder de cambiar el mundo a su alrededor, solo con un poco de valentía y un gran corazón.
FIN.