Miguel aprende a esperar
Miguel era un niño muy inquieto. Siempre quería que las cosas sucedieran de inmediato, sin esperar su turno.
Un día, en la escuela, la maestra les contó la historia de un caracol llamado Paco, que era famoso por ser muy paciente y siempre esperar su turno. Miguel quedó impresionado por la historia y decidió que quería ser como Paco. Desde ese día, Miguel empezó a practicar la paciencia en su vida diaria.
Cuando jugaba con sus amigos, esperaba su turno para hablar. En clase, levantaba la mano y esperaba a que la maestra le diera la palabra. Poco a poco, Miguel se fue dando cuenta de que la paciencia traía grandes recompensas.
Sus amigos empezaron a escucharlo más, y la maestra lo elogiaba por su comportamiento. Finalmente, Miguel entendió que la paciencia era una virtud que le traía muchos beneficios.
Y así, con el ejemplo de Paco, el caracol, y su determinación, Miguel aprendió a esperar y a respetar el turno de los demás.
FIN.