Mila en busca del hogar perdido



Había una vez en lo más profundo de China, una mantis religiosa llamada Mila. Ella vivía feliz en su hogar en un hermoso jardín de bambú junto a su familia.

Un día, mientras jugaba cerca de un arroyo, Mila se separó del grupo y se perdió. Mila buscó por todas partes, pero no lograba encontrar el camino de regreso a casa. Estaba asustada y sola en medio de un bosque desconocido.

Decidió que debía emprender un viaje por toda China para reunirse con su familia. Con valentía y determinación, Mila comenzó su largo recorrido. Por el camino se encontró con muchos animales diferentes que la ayudaron y le enseñaron lecciones valiosas.

En su primer encuentro, conoció a Lao el sabio búho quien le dijo: "-No temas pedir ayuda cuando la necesites, incluso los más fuertes necesitan apoyo a veces. " Mila asintió con gratitud y siguió adelante.

En otra ocasión, se topó con Huan el ágil mono quien le mostró cómo saltar de rama en rama para cruzar un río peligroso. "-La agilidad y la astucia pueden ser tus mejores aliados en momentos difíciles", le dijo el mono antes de despedirse.

Después de muchas aventuras emocionantes y algunos desafíos inesperados, Mila finalmente llegó a las montañas nevadas del norte de China. Allí encontró a una vieja tortuga llamada Tao que había conocido a su familia tiempo atrás.

"-Tus seres queridos están al otro lado del bosque encantado", le susurró la tortuga mientras señalaba hacia un denso bosque lleno de misterios y peligros.

Mila sintió miedo pero recordando todo lo que había aprendido en su viaje decidió enfrentar sus temores y adentrarse en el bosque encantado. Con cada paso que daba, recordaba las palabras sabias del búho y la agilidad del mono.

Finalmente, entre los árboles altos y antiguos, vio una luz brillante que iluminaba el rostro sonriente de su familia esperándola con los brazos abiertos. Con lágrimas de alegría corriendo por sus mejillas verdes, Mila se reunió con los suyos gracias a la valentía y sabiduría que había adquirido durante su travesía por toda China.

Desde ese día, Mila supo que no importaba cuán grande fuera el desafío o cuán lejos pareciera estar su meta; siempre tendría dentro de sí misma todo lo necesario para superarlo.

FIN.

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