Mila y la solidaridad de las mariposas perdidas
En el hermoso mundo de Mariposas Abiunaves, vivía una mariposa monarca llamada Mila. Mila era conocida por su valentía y generosidad, siempre dispuesta a ayudar a los demás.
Un día, mientras revoloteaba entre las flores del jardín, recordó que su abuela vivía en un árbol cercano y decidió visitarla. Al llegar a la casa de su abuela, una pequeña choza hecha de ramas y pétalos, Mila la encontró algo triste.
Su abuela le explicó que las flores del jardín estaban marchitando porque no llegaba suficiente polen para nutrirlas. Sin dudarlo un segundo, Mila se ofreció a llevarle polen todas las mañanas. "Abuelita, no te preocupes más.
A partir de ahora yo me encargaré de traerte todo el polen que necesites para que tu jardín vuelva a ser tan hermoso como antes", dijo Mila con determinación. La abuela de Mila se emocionó al ver la bondad de su nieta y aceptó felizmente su ayuda.
Así comenzaron las mañanas de Mila: volaba por el campo reagarrando polen de las flores más coloridas y perfumadas, para luego llevarlo a la choza de su abuela.
Los días pasaron y gracias al esfuerzo constante y desinteresado de Mila, el jardín volvió a cobrar vida. Las flores recuperaron su brillo y sus colores vibrantes llenaron nuevamente el paisaje. Un día, mientras llevaba polen fresco a su abuela, Mila se encontró con una mariposa joven que parecía perdida.
"¿Necesitas ayuda?", preguntó amablemente Mila. La joven mariposa explicó que estaba buscando un lugar donde poder alimentarse ya que había perdido su camino. "No te preocupes", respondió Mila con una sonrisa tranquilizadora.
"Puedes venir conmigo a la casa de mi abuela; allí encontrarás todo el néctar y polen que necesitas". Y así fue como la joven mariposa encontró refugio en la choza junto a la abuela de Mila. Juntas compartieron momentos felices mientras disfrutaban del cuidado amoroso de Mila.
Con el paso del tiempo, más mariposas llegaron al hogar de la abuela gracias al ejemplo inspirador de generosidad y solidaridad dado por Mila.
El jardín se convirtió en un lugar mágico donde todas vivían en armonía y se ayudaban mutuamente. Mila comprendió entonces que dar sin esperar nada a cambio era una forma poderosa de hacer del mundo un lugar mejor.
- Y así siguió extendiendo sus alas para llevar alegría y esperanza a todos los rincones del mundo mágico donde habitaban las maravillosas Mariposas Abiunaves.
FIN.