Milagros y el libro mágico



Había una vez una niña llamada Milagros, quien vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos campos y montañas. Milagros era una niña muy curiosa y aventurera, siempre buscando nuevas experiencias.

Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, encontró un extraño libro abandonado entre los árboles. Sin pensarlo dos veces, decidió llevárselo a casa para leerlo con más calma.

Lo que Milagros no sabía era que aquel libro pertenecía a una bruja malvada llamada Malicia. Cuando llegó a su hogar, comenzó a leer el libro y descubrió que contenía hechizos mágicos. Fascinada por las posibilidades que ofrecían los conjuros, decidió probar uno de ellos sin saber realmente lo peligroso que podía ser.

Con gran emoción en sus ojos, pronunció las palabras del hechizo: "Abracadabra, conviértete en ratón". En ese instante, algo extraño comenzó a sucederle a Milagros. Su cuerpo se encogió rápidamente hasta convertirse en un pequeño ratoncito gris.

Asustada y confundida, intentó buscar ayuda pero nadie parecía entenderla. Los adultos solo veían a un simple ratón mientras ella trataba desesperadamente de comunicarse con ellos.

Después de varios días viviendo como ratón, Milagros hizo amistad con otros animales del bosque quienes le contaron sobre la malvada bruja Malicia y cómo había sido víctima de uno de sus hechizos malignos. Determinada a revertir el hechizo, Milagros decidió enfrentarse a la bruja.

Con la ayuda de sus nuevos amigos animales, se adentraron juntos en el oscuro y tenebroso bosque donde Malicia vivía. Cuando finalmente encontraron su guarida, Milagros exigió que le devolviera su forma humana.

La bruja, sorprendida por la valentía de la pequeña ratoncita, aceptó deshacer el hechizo con una condición: Milagros debía demostrarle que había aprendido una valiosa lección sobre el poder de las palabras y la importancia de pensar antes de actuar.

Milagros comprendió que había sido imprudente al probar un hechizo sin conocer sus consecuencias y prometió ser más cuidadosa en el futuro. Impresionada por su sinceridad y madurez, la bruja cumplió su parte del trato y devolvió a Milagros a su forma original.

Desde ese día, Milagros valoró más cada experiencia como una oportunidad para aprender y crecer. Agradecida por haber tenido esa experiencia tan inusual, se convirtió en una niña sabia e inteligente. La historia de Milagros se extendió por todo el pueblo como un ejemplo inspirador para los demás niños.

Todos aprendieron que no hay nada más importante que pensar antes de actuar y tener cuidado con las palabras mágicas que pueden cambiar nuestras vidas para siempre.

Y así, Milagros vivió felizmente rodeada de amor y amistad mientras compartía su increíble historia con todos aquellos dispuestos a escucharla.

FIN.

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