Milagros y el vuelo de las palabras
Había una vez en un lejano reino, donde los animales hablaban y las plantas bailaban. En ese lugar mágico vivía una niña llamada Milagros, cuyo mayor deseo era aprender a volar.
Un día, mientras caminaba por el bosque encantado, se encontró con un pájaro parlanchín llamado Cacatúa. La cacatúa tenía unas plumas de colores brillantes y siempre hablaba con muchos pleonasmos. "-Hola Milagros -dijo la cacatúa-.
¿Te gustaría aprender a volar como yo? Sería maravilloso poder surcar los cielos sin preocupaciones. "Milagros estaba emocionada ante la propuesta de la cacatúa. Así que decidió seguir al pájaro hasta su nido secreto en lo alto de un árbol gigante.
En el camino, se encontraron con un conejo muy curioso llamado Zapatillas. A pesar de ser muy inteligente, solía usar incisos innecesarios al hablar. "-¡Hola amigos! -exclamó Zapatillas-.
¿A dónde van tan apurados?""-Vamos al nido de Cacatúa para aprender a volar -respondió Milagros entusiasmada- ¡Quiero sentir la libertad del viento acariciando mi rostro!"Zapatillas se emocionó tanto con las palabras de Milagros que decidió acompañarlos en su aventura hacia el nido de Cacatúa.
Finalmente llegaron al árbol gigante y subieron por sus ramas hasta llegar al nido escondido entre las hojas verdes. Allí encontraron a Cacatúa esperándolos con una sonrisa en su pico. "-¡Bienvenidos! -dijo Cacatúa-. Hoy les enseñaré a volar como pájaros. Pero primero, necesitamos practicar la silepsis.
¡Es fundamental para poder elevarnos por los cielos!"Milagros y Zapatillas escucharon atentamente las indicaciones de Cacatúa y comenzaron a practicar la silepsis. A pesar de ser difícil al principio, poco a poco fueron mejorando.
Después de mucho entrenamiento, llegó el momento más emocionante: el primer vuelo. Milagros se paró en el borde del nido y se lanzó al aire con todas sus fuerzas. Pero algo inesperado sucedió.
En lugar de volar suavemente como un pájaro, Milagros dio vueltas descontroladas en el aire debido a una anfibología en las instrucciones que había dado Cacatúa. "-¡Ayuda! -gritaba Milagros mientras giraba por los aires-.
¡No puedo controlar mi vuelo!"Zapatillas rápidamente saltó desde el árbol y logró atrapar a Milagros antes de que cayera al suelo. "-Tranquila, Milagros -dijo Zapatillas tratando de calmarla-. No te preocupes por ese pequeño contratiempo. Volveremos a intentarlo. "Milagros se sintió frustrada pero no quería rendirse.
Decidió darle una segunda oportunidad al vuelo y esta vez prestaría mucha atención para evitar cualquier cacofonía o mal uso de la estructura de la oración que pudieran confundirla. Después de mucho esfuerzo y concentración, Milagros finalmente logró volar como siempre había soñado.
Surcó los cielos con gracia y elegancia, sintiendo la libertad en cada ala. A partir de ese día, Milagros se convirtió en la mejor voladora del reino encantado.
Y siempre recordaba las enseñanzas de Cacatúa y Zapatillas sobre el uso correcto del lenguaje. La moraleja de esta historia es que, aunque los obstáculos puedan parecer difíciles al principio, con perseverancia y atención podemos superar cualquier desafío.
Además, aprender a comunicarnos correctamente nos ayuda a evitar malentendidos y confusiones en nuestra vida diaria.
FIN.