Milagrosa M




Había una vez en el mágico mundo de las letras, una consonante muy especial llamada M. La M vivía en un hermoso castillo hecho de mayúsculas y minúsculas, donde compartía aventuras junto a sus amigas las vocales. Un día, la M decidió emprender un viaje por el reino de las palabras para descubrir su verdadero poder. En su camino, conoció a la pequeña m, una versión diminuta de ella que la acompañó en su travesía.

- ¡Hola, M mayúscula! ¿A dónde vas tan decidida? -preguntó la amigable vocal A.

- Quiero demostrar la importancia de mi sonido en multitud de palabras, ¡y no descansaré hasta lograrlo! -respondió la emocionada M.

Con valentía, la M y la m recorrieron praderas de margaritas, montañas de macetas y murmuraron melodías en medio del mar. En cada lugar, la M enseñaba su sonido mágico, que servía para crear palabras maravillosas como mamá, manzana, mono, montaña y muchos más.

Pero, al llegar al misterioso bosque de las misteriosas musarañas, la M y la m se encontraron con un problema inesperado. Un monstruoso murciélago mordió a la m, dejándola muda y sin su sonido especial.

- ¡Oh no, la m se quedó sin su sonido m! -exclamó la amiga vocal E, preocupada.

Sin embargo, la M mayúscula no se rindió. Con determinación, buscó por todos lados una solución. Finalmente, descubrió que el jugo de las moras mágicas podía devolverle su sonido a la m. Rápidamente, recogió las moras y le preparó una deliciosa medicina a su amiga m, quien poco a poco recuperó su sonido especial. Muy contentas, continuaron su viaje por el reino de las palabras.

Finalmente, la M mayúscula y la m llegaron al gran festival de las letras, donde cada una podía mostrar su poder. La M demostró la importancia de su sonido en multitud de palabras, mientras que la m mostró su encanto en palabras diminutas. Todos en el reino de las letras aplaudieron emocionados, reconociendo la valentía y perseverancia de la M.

Desde ese día, la M mayúscula y la m se convirtieron en grandes heroínas del reino de las palabras, enseñando a los niños y niñas la importancia de su sonido en la formación de las palabras. Y cada vez que alguien las veía, recordaba lo valiosas que son las consonantes m para comunicarnos.

FIN.

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