Milena y su viaje de autodescubrimiento



Milena era una niña curiosa y activa que siempre estaba buscando aprender cosas nuevas. Un día, mientras jugaba en su habitación, sintió algo extraño en su cuerpo.

Al ir al baño, se dio cuenta de que le había venido la menstruación o período por primera vez. - ¡Mamá, mamá! -gritó Milena desde el baño-. ¡Algo raro me pasó! Su mamá corrió hacia el baño y vio a Milena con una mirada preocupada en su rostro.

- Tranquila, cariño -dijo su mamá con calma-. Lo que te está pasando se llama menstruación o período. Es algo completamente normal en las mujeres y significa que tu cuerpo está creciendo.

Milena escuchaba atentamente las palabras de su mamá, pero aún se sentía un poco confundida. - ¿Y qué tengo que hacer ahora? -preguntó Milena con timidez. - Primero que nada, debes usar protectores diarios o toallitas higiénicas para mantenerte limpia y cómoda durante estos días -explicó su mamá-.

También es importante que te laves bien las manos antes y después de cambiarte, para evitar infecciones. Milena asintió con la cabeza mientras absorbía toda la información nueva que estaba recibiendo.

A pesar de sentirse un poco abrumada, sabía que podía confiar en su mamá para guiarla en este nuevo camino. Los días pasaron y Milena comenzó a acostumbrarse a esta nueva parte de ser mujer.

Sin embargo, un día en la escuela, notó que se le había olvidado llevar sus protectores diarios en la mochila. - ¡Ay no! ¿Qué voy a hacer ahora? -pensaba Milena nerviosa mientras trataba de encontrar una solución rápida a su problema.

Fue entonces cuando recordó lo que le había enseñado su mamá sobre ser prevenida ante estas situaciones imprevistas. Con valentía, se acercó a su maestra y le explicó lo que le había pasado.

- ¿Tienes algún protector diario extra? Me olvidé los míos en casa -le preguntó Milena tímidamente a la maestra. La maestra sonrió cálidamente y sacó del cajón un par de protectores diarios extras para compartir con Milena. - Claro que sí, Milena.

Siempre es bueno tener un respaldo por si nos olvidamos de algo importante -comentó la maestra amablemente. Milena se sintió aliviada al recibir ayuda y supo entonces lo importante que era estar preparada para cualquier situación relacionada con su menstruación o período.

Desde ese día, llevaba consigo siempre algunos protectores diarios extras en caso de emergencia. Gracias a la orientación amorosa de su mamá y al apoyo incondicional de personas como su maestra, Milena aprendió a cuidarse durante esos días especiales del mes sin temor ni vergüenza.

Y así siguió adelante siendo esa niña curiosa e intrépida que nunca dejaba de aprender cosas nuevas sobre sí misma y el mundo que la rodeaba.

FIN.

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