Milo y la verdadera competencia



Milo era un niño muy activo y aventurero. Le encantaba salir a andar en bici por la ciudad y descubrir nuevos lugares.

Un día, decidió ir a la plaza que estaba cerca de la casa de su abuela, a quien todos llamaban —"Bobe" . Cuando llegó a la plaza, Milo se dio cuenta de que había mucha gente haciendo deporte y jugando.

Se acercó a un grupo de niños que estaban jugando al fútbol y les preguntó si podía jugar con ellos. "Hola chicos ¿puedo jugar con ustedes?"- preguntó Milo. "Sí, claro"- respondió uno de los niños. Milo se puso muy contento y empezaron a jugar juntos.

Pero después de unos minutos, el balón fue hacia una zona donde había mucho barro y agua acumulada por las lluvias del día anterior. "Oh no, mi bicicleta va a quedar sucia"- dijo Milo preocupado.

Los otros niños le dijeron que no se preocupara tanto por eso y que lo importante era seguir divirtiéndose. Y así fue como decidieron hacer una carrera en bicicleta por todo el parque. Mientras pedaleaban, Milo se dio cuenta de que algunos niños tenían bicis más nuevas o mejores que la suya.

Pero él no dejó que eso lo desanimara. "¡Vamos chicos! ¡Yo también puedo ganar!"- exclamó emocionado. La carrera estaba muy pareja hasta el final cuando uno de los niños tuvo problemas con su cadena y quedó atrás.

Finalmente, Milo llegó primero seguido por otro niño quien le felicitó por haber ganado. "¡Eres muy bueno en bicicleta!"- le dijo su competidor.

Milo se sintió muy orgulloso de sí mismo y agradecido con los demás niños por haberle permitido jugar con ellos. Se dio cuenta de que lo importante no era tener la mejor bici o ganar siempre, sino disfrutar del juego y compartir momentos divertidos con amigos.

Al final del día, Milo regresó a casa de su abuela feliz y lleno de energía. Le contó todo lo que había hecho en la plaza y cómo había aprendido una gran lección sobre el valor de la amistad y la diversión.

"Bobe, hoy aprendí algo muy importante"- dijo Milo sonriendo. "¿Qué es eso?"- preguntó su abuela curiosa. "Que no importa si tienes la mejor bici o si ganas siempre, lo importante es disfrutar del juego y compartir momentos divertidos con amigos"- respondió Milo convencido.

Su abuela asintió con una sonrisa y le dijo:"Tienes toda la razón, Milo. Y estoy muy orgullosa de ti por haber aprendido esa valiosa lección".

Desde entonces, Milo siguió saliendo a andar en bici por la ciudad pero ahora entendía que lo más importante era disfrutar del camino junto a sus amigos sin importar las condiciones ni las circunstancias.

FIN.

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