Minino y la Esperanza de la Primavera
Había una vez, en un pequeño valle rodeado de montañas, una concuna llamada Minino. Minino era una concuna especial, con un pelo suave como el terciopelo y ojos llenos de brillo. Vivía en un acogedor nido hecho de hojas y ramitas, donde soñaba con la llegada de la primavera. Durante el invierno, todo parecía frío y gris, y Minino ansiaba ver los colores vibrantes y sentir el cálido sol en su piel.
Un día, mientras miraba por la ventana de su nido, Minino decidió que era hora de hacer algo. "¡Voy a organizar una fiesta de primavera!"- exclamó emocionada. Con esta idea en mente, empezó a imaginar cómo sería su celebración.
Primero, Minino fue a visitar a su amiga La Lapa, que siempre tenía buenas ideas. "Lapa, ¿quieres ayudarme a organizar la fiesta?"- preguntó. "¡Claro!"- respondió La Lapa. "Podemos hacer adornos con flores y hojas. ¡Será divertido!"-
Minino y La Lapa trabajaron juntas durante días. Cocinaron ricos bocadillos, hicieron guirnaldas de flores y llenaron la casa de risas y alegría. Sin embargo, a medida que se acercaba la fecha de la fiesta, comenzaron a darse cuenta de un problema: ¡Todavía no había llegado la primavera!"¿Y si nunca llega?"- preguntó La Lapa, preocupada. "No, claro que llegará. Solo debemos tener paciencia y seguir preparándonos con entusiasmo"- respondió Minino.
Decididas a no rendirse, continuaron con sus preparativos. Entonces, un día, durante una de sus salidas al bosque, conocieron a un viejo búho llamado Don Sabio. "¿Cómo puedo ayudarles, pequeñas?"- preguntó el búho, al notar su preocupación.
"Estamos esperando la primavera, pero parece que no llega nunca"- dijo Minino. "¿Qué debemos hacer?"-
"La primavera siempre llega, pero a veces necesita un empujón. ¿Han pensado en hacer algo especial para invocarla?"- sugirió Don Sabio. Minino y La Lapa se miraron con asombro.
"¿Qué podríamos hacer?"- inquirió La Lapa.
"Podrían reunir a todos los animales del valle y hacer una gran canción. La primavera ama la música y la alegría, y vendrá cuando sienta que la necesitan"- respondió Don Sabio, guiñando un ojo.
Minino y La Lapa se emocionaron con la idea y se pusieron manos a la obra. Invitaron a sus amigos: la ardilla, el zorro, el ciervo y todos simpáticos habitantes del bosque.
"¡Juntos haremos una música maravilla!"- exclamó Minino. Y así, juntos comenzaron a ensayar canciones, cada animal aportando su talento especial. La ardilla hacía sonar las nueces, el zorro ejecutaba un ritmo con sus patas y el ciervo brindaba su hermoso canto.
Finalmente, llegó el día de la fiesta. Todos estaban listos, los adornos colgaban vibrantes y los bocadillos listos para disfrutar. Y cuando el sol comenzó a asomarse por el horizonte, empezaron a cantar con todas sus fuerzas:
"¡Ven, ven primavera, trae tu alegría!"-
El aire se llenó de música y risas, y mientras lo hacían, sintieron una brisa suave y cálida. Los colores comenzaron a brotar en los campos, y flores de todos los colores emergieron del suelo. ¡La primavera había llegado!
Minino, La Lapa y todos sus amigos se abrazaron de felicidad.
"¡Lo hicimos!"- gritó Minino, "El poder de la música y la amistad trajo la primavera a nuestro valle!"-
Desde aquel día, Minino no solo esperaba la primavera, sino que aprendió que a veces uno debe hacer algo valiente y creativo para que las cosas sucedan. Y así, cada año, celebraban juntos la llegada de la primavera de una manera espectacular.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.