Minny y el valor de ser uno mismo


Había una vez una pequeña y curiosa ardillita llamada Minny que vivía en un hermoso bosque. Aunque era muy simpática, tenía un gran temor: le daba miedo agradarle a la gente.

Minny siempre se escondía detrás de los árboles cuando alguien se acercaba. No quería que la vieran ni hablar con ella, ya que pensaba que no sería lo suficientemente interesante o divertida para caerles bien.

Un día, mientras buscaba bellotas para su almuerzo, Minny escuchó risas provenientes de un claro del bosque. Se asomó tímidamente y vio a un grupo de animales jugando y riendo juntos. Había conejos saltando, pájaros cantando y hasta un travieso zorro haciendo malabares con nueces.

Minny deseó poder unirse a ellos y disfrutar de su compañía, pero el miedo volvía a apoderarse de ella. Entonces decidió observar desde lejos, sintiéndose cada vez más triste por no poder participar en aquel ambiente tan divertido.

De repente, una mariposa colorida se posó sobre el hombro de Minny y comenzó a hablarle:"¿Qué te pasa, amiguita? ¿Por qué estás tan triste?"- preguntó la mariposa preocupada. Minny suspiró y contestó: "Tengo miedo de acercarme a las personas porque siento que no les agrado".

La mariposa sonrió dulcemente y dijo: "Mi querida Minny, todos somos diferentes y eso es lo que nos hace especiales. No tienes que cambiar quién eres para agradarle a los demás.

Solo sé tú misma y verás cómo las personas te aceptan tal como eres". Minny reflexionó sobre las palabras de la mariposa y decidió darle una oportunidad al consejo.

Se acercó tímidamente al grupo de animales, pero en lugar de esconderse detrás de los árboles, se sentó cerca de ellos. Para su sorpresa, los animales le dieron la bienvenida con una gran sonrisa y comenzaron a contarle historias divertidas. Minny se sintió tan feliz y emocionada que olvidó por completo su miedo inicial.

A partir de ese día, Minny dejó atrás sus inseguridades y empezó a disfrutar de la compañía de otros animales en el bosque.

Aprendió que ser ella misma era lo más importante y que no tenía que preocuparse por caerles bien o no a los demás. Con el tiempo, Minny se convirtió en una ardillita muy querida en el bosque. Los animales apreciaban su amabilidad, simpatía y alegría contagiosa.

Y ella aprendió que cuando uno se acepta tal como es, puede encontrar verdaderos amigos. Así fue como Minny superó su temor y descubrió la importancia de ser auténtica.

Desde entonces, vivió aventuras emocionantes junto a sus nuevos amigos del bosque, siempre recordando que cada uno tiene algo especial para ofrecer al mundo.

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