Mirella y la magia de creer



Había una vez una niña llamada Mirella que estaba muy emocionada porque era su primer día de clases. Sin embargo, también se sentía un poco tímida y nerviosa por conocer a sus compañeros y enfrentarse a nuevas experiencias.

Cuando llegó al colegio, Mirella miró a su alrededor y vio a todos los niños jugando y riendo juntos. Se sintió aún más insegura y no sabía cómo acercarse a ellos.

Pero entonces, la maestra, la señorita Ana, se acercó con una sonrisa cálida en su rostro. "¡Hola Mirella! Bienvenida a nuestra clase. Estoy muy contenta de tenerte aquí", dijo la señorita Ana con amabilidad. Mirella respondió tímidamente: "Hola señorita Ana. Gracias por recibirme".

La maestra notó la timidez de Mirella e hizo todo lo posible para hacerla sentir cómoda en el aula.

Durante toda la mañana, la señorita Ana le dio oportunidades para participar en las actividades del día y animó a los demás alumnos a incluirla en sus juegos. A medida que pasaba el tiempo, Mirella empezó a sentirse más segura de sí misma gracias al apoyo constante de su maestra.

Comenzó a hacer amigos y disfrutaba cada vez más de estar en el colegio. Un día, mientras estaban trabajando en un proyecto grupal sobre animales, Mirella tuvo una idea brillante para presentar su trabajo ante toda la clase. Estaba tan emocionada que no podía esperar para compartirlo con sus compañeros.

"Señorita Ana ¡tengo una idea! ¿Podríamos hacer un teatro de sombras con nuestras manos para mostrar cómo se mueven los animales?", exclamó Mirella entusiasmada.

La maestra sonrió y asintió: "¡Esa es una excelente idea, Mirella! Estoy segura de que a todos les encantará". Mirella y sus compañeros empezaron a practicar el teatro de sombras. Cada uno representaba diferentes animales y utilizaban sus manos para crear las siluetas en la pared.

Todos estaban emocionados por presentar su proyecto al resto del colegio. Llegó el momento de la presentación y Mirella estaba un poco nerviosa, pero sabía que tenía el apoyo de su maestra y amigos.

Cuando salieron al escenario, las luces se apagaron y comenzaron a mover sus manos creando hermosas sombras en la pantalla. El público quedó maravillado con la creatividad y originalidad del grupo. Al finalizar la presentación, todos aplaudieron emocionados.

Mirella sintió una gran satisfacción dentro de sí misma por haber superado su timidez y haber logrado algo tan especial junto a sus compañeros. Después del éxito del proyecto, Mirella se dio cuenta de todo lo que era capaz de hacer cuando confiaba en sí misma.

Su timidez ya no era un obstáculo para ella, sino solo una parte más de su personalidad. Desde ese día, Mirella se convirtió en una niña segura e inspiradora para los demás.

Siempre recordaría aquel primer día de clases, donde la maestra le dio mucha confianza para estar en el aula y descubrir todo su potencial. Y así, Mirella continuó su camino en el colegio, enfrentando nuevos desafíos con valentía y siempre recordando que no hay límites cuando uno cree en sí mismo.

FIN.

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