Mis amigos del bosque



Hace mucho tiempo, en un hermoso bosque lleno de árboles altos y flores de todos los colores, vivían varios animales que eran muy buenos amigos. Estaban Zorro, Conejito, Tortuga y Pájaro. Cada día jugaban juntos y compartían risas y aventuras.

Un día, mientras caminaban por el bosque, Conejito dijo: - ¡Hoy voy a encontrar la zanahoria más grande del bosque! Y todos lo animaron.

- ¡Vamos, Conejito! ¡Te ayudaremos! - dijo Zorro emocionado.

- ¡Sí, lo lograremos juntos! - añadió Pájaro, mientras aleteaba alegremente.

Así que los cuatro amigos comenzaron su búsqueda. Recorrían el bosque preguntándole a cada animal que encontraban: - ¿Has visto una zanahoria gigante?

Primero encontraron a la ardilla. - ¡Las zanahorias no crecen en los árboles! - exclamó ella divertida.

Después, se encontraron con la ciervo. - Deben buscar más cerca del campo, ¡ahí puede haber una! - sugirió.

- ¡Gracias, amiga! - dijeron todos al unísono. Y siguieron su camino, llenos de esperanza.

De repente, mientras cruzaban un arroyo, algo extraño sucedió. Zorro se resbaló y cayó en el agua. - ¡Ayuda! - gritó Zorro. Conejito se asustó y empezó a saltar de un lado a otro por la orilla.

- ¡Oh no! ¿Qué hacemos? - preguntó Conejito.

- ¡Debemos ayudarlo! - dijo Tortuga con voz firme.

- ¡Yo iré a buscar un tronco! - propuso Pájaro y voló muy rápido hacia un árbol.

Tortuga y Conejito se acercaron a la orilla. - ¡Zorro, no te preocupes! Vamos a ayudarte - gritó Tortuga.

Pájaro llegó con un tronco y dijo: - ¡Agárrate a esto, Zorro! - Zorro tomó el tronco con sus patas y, con la ayuda de sus amigos, logró salir del arroyo. Todos se abrazaron, agradecidos de estar juntos y ayudar a cada uno.

- ¡Eres muy valiente, Tortuga! - le dijo Zorro, mientras se secaba.

- Gracias, pero no lo hice solo, ¡fue gracias a todos! - respondió Tortuga, sonriendo.

Continuaron su búsqueda y, después de un rato, llegaron a un campo donde crecían muchas zanahorias. - ¡Miren! - exclamó Conejito con alegría. - ¡Ahí está la zanahoria gigante!

Todos se acercaron maravillados. Era la zanahoria más grande que jamás habían visto. - ¡Esto es increíble! - gritó Conejito.

- ¡Vamos a compartirla! - sugirió Zorro.

- ¡Sí! Podemos hacer una gran fiesta, ¡invitamos a todos los amigos del bosque! - dijo Pájaro, emocionado.

Así que, con mucho esfuerzo, llevaron la zanahoria a su lugar de encuentro en el bosque. Invitaron a todos sus amigos: ardillas, ciervos, y hasta a un simpático pato.

Al llegar, Conejito cortó la zanahoria. - ¡Vamos a disfrutar de esta gran fiesta, amigos! - exclamó, mientras todos reían y compartían.

Y en medio de risas y alegría, todos entendieron algo muy importante: no solo se trataba de encontrar la zanahoria más grande, sino de los momentos compartidos y de la amistad que los unía.

- ¡Gracias por ser mis amigos! - dijo Conejito, mientras miraba a cada uno de ellos.

- ¡Siempre estaremos juntos! - respondió Zorro con una gran sonrisa.

Y así, en el bosque, todos celebraron la amistad y prometieron cuidarse y ayudar los unos a los otros, sin importar las circunstancias. Porque lo más importante era que, unidos, podían superar cualquier desafío.

Desde ese día, cada vez que se encontraban, recordaban aquella aventura y la importancia de la amistad. Y el bosque nunca dejó de sonar con sus risas y alegría, gracias a los fuertes lazos que crearon juntos.

FIN.

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