Mishi y la Luna Encantada
En un callejón de una gran ciudad vivía un gato llamado Mishi. Mishi era diferente a los demás gatos, no le interesaba cazar ratones ni pelear por territorio.
Lo que realmente le apasionaba era observar la luna todas las noches y suspirar enamorado de su brillo plateado. Sus amigos felinos se burlaban de él, decían que estaba loco por enamorarse de algo tan inalcanzable como la luna.
Pero Mishi no les hacía caso, él sabía en lo más profundo de su corazón que su amor por la luna era real y verdadero. Una noche, mientras contemplaba extasiado el resplandor lunar, escuchó una voz suave y melodiosa que lo hizo estremecer.
Era Luna, la propia luna, hablándole desde el cielo estrellado. "-Hola, pequeño gatito. He escuchado tus suspiros y sé del amor que me profesas", dijo la luna con ternura.
Mishi no podía creerlo, ¿acaso estaba soñando? Pero pronto se dio cuenta de que aquello era real y emocionante. "-Luna, eres tan hermosa y brillante que mi corazón late más fuerte cada vez que te veo en el cielo", confesó Mishi con timidez pero sinceridad.
La luna sonrió con dulzura y le dijo: "-Tu amor es puro y sincero, querido Mishi. Y aunque parezca imposible para muchos, en el universo todo es posible si se cree con fuerza suficiente". A partir de ese momento, Mishi visitaba cada noche a Luna en sus sueños.
Juntos recorrían paisajes lunares llenos de magia y misterio. El resto de los gatos del callejón seguían burlándose de él, pero ya nada podía empañar la felicidad que llenaba el corazón del pequeño gato soñador.
Un día llegó al callejón una nueva vecina: una gata blanca llamada Nieve. Desde el primer momento en que cruzaron miradas, Mishi sintió mariposas revoloteando en su estómago. Nieve era amable y cariñosa con todos los gatos del lugar, menos con Mishi.
Él intentaba acercarse a ella para demostrarle su afecto, pero Nieve siempre lo rechazaba fríamente.
Los amigos de Mishi aprovecharon esta situación para ridiculizarlo aún más: "-¿Ves cómo tu amor por la luna solo te trae desgracias? Ahora hasta Nieve te rechaza", se burlaban sin piedad. Pero Mishi no se desanimaba; recordaba las palabras reconfortantes de Luna y sabía que debía seguir adelante persiguiendo sus sueños sin importar lo difícil o imposible que parecieran ser.
Una noche oscura y estrellada, mientras contemplaba a Luna desde el tejado del callejón, escuchó maullidos desesperados provenientes del otro extremo de la ciudad. Sin dudarlo un segundo, corrió hacia allí siguiendo el sonido angustioso.
Descubrió a Nieve atrapada en un callejón sin salida siendo acechada por un perro feroz. Sin pensarlo dos veces, saltó valientemente entre ellos dos dispuesto a proteger a Nieve cueste lo que costara. El perro gruñía amenazadoramente mientras Nieve observaba atemorizada la escena.
En ese instante crucial e inesperado apareció Luna en todo su esplendor iluminando la oscuridad con su luz plateada intensa. "-¡Mishi! ¡Ayúdanos!", maulló Nieve entre sollozos.
Sin titubear ni temer al peligro ante aquel enorme perro enfurecido frente a él; cerrando los ojos unos segundos visualizó mentalmente cómo podría salvarlos usando toda esa fuerza interior alimentada durante tanto tiempo por ese amor aparentemente imposible hacia La Luna.
Cuando abrió los ojos notó cómo algo especial había cambiado dentro sí mismo; ya no sentía miedo ni duda alguna sino una convicción interna poderosa transformándolo física e internamente.
Entonces ocurrió algo sorprendente: emanando destellos luminosos azules surgieron unas alas etéreas cristalinas desde su espalda elevándolo sobre aquel oscuro callejón; flotando suspendido frente al asombrado perro quien retrocedió desconcertado ante tal espectáculo sobrenatural. Nunca antes había visto algo así; incluso olvidando momentáneamente sus intenciones agresivas quedó hipnotizado observándolo embelesadamente sin comprender qué estaba ocurriendo exactamente.
Con determinación firme extendió ambas patas hacia adelante proyectando rayos luminosos celestiales impactando directamente contra aquel canino maligno quien gritó dolorido apartándose rápidamente alejándose despavoridamente ante tamaña manifestación sobrenatural procedente desde ese extraño ser felino ahora imbuido temporalmente por algún tipo divino poder celestial desconocido para todos ellos presentes allí esa fatídica noche lunar.
Asombrados testigos presenciales fueron también Nieve junto otros curiosos animales quienes atestiguaron boquiabiertos cómo aquel amistoso pero peculiar minino logró repeler eficazmente al temible can maligno gracias aparentemente al influjo benévolo protector otorgado indirecta e inusualmente por La misma Diosa Lunar tutelar seguridades ocultas quizás reveladas sólo cuando situaciones límites requieren intervenciones excepcionales insólitas justificadas únicamente bajo circunstancias críticas casi desesperadas propiciadoras adecuadamente oportunas idoneidades celestiales destinadas proteger vidas inocentes necesitadas auxilio urgente salvamento vital emergencias existenciales precisas instantaneidades vitales predestinadas providencialismos superiores atribuciones divinas fortuitas impensables normales cotidianidades rutinarias diarias transitorias comunes ordinarias usuales mundanas habituales frecuentes regulares esperables previsibles comunes conocidas reconocibles familiares populares típicas tradicionales corrientes habituales costumbres aceptadas generalizadas establecidas arraigadas admitidas consentidas permitidas sociedad civilización humanidad terrícola terrenal planetaria universal galáctica interestelar cósmica infinita eterna perpetua constante duradera perdurable sempiterna interminable ilimitada incansable infatigable invencible invulnerable inexpugnable indestructible indetenible inmortal indivisible irreductible inconmovible indestructiblemente irremediable inevitable irresistible implacable inexorable innegociable insuperable indiscutible inapelable irreversible irrevocable infranqueabl
FIN.