Monica, la líder del campo de fútbol


, siempre lista para enfrentar cualquier obstáculo que se le presente. Desde pequeña, demostró una gran determinación y una enorme capacidad de superación.

Un día, mientras caminaba por el parque con su mejor amiga Sofía, vio a un grupo de niños jugando al fútbol. Monica se acercó y les preguntó si podía jugar con ellos. Los niños la miraron con desconfianza y uno de ellos dijo:- No queremos chicas en nuestro equipo.

Monica no se dio por vencida. Sabía que era buena jugando al fútbol y estaba decidida a demostrarlo. Así que les propuso un desafío:- Si gano en una carrera hasta el otro lado del parque, me dejan jugar.

Los niños aceptaron el desafío pensando que sería fácil ganarle a una chica. Pero subestimaron a Monica. Con todas sus fuerzas corrió hacia la meta y llegó primero. - ¡Bien hecho! -dijo uno de los chicos-. Puedes jugar con nosotros.

Desde ese día, Monica se convirtió en parte del equipo de fútbol del barrio. Entrenaba todos los días para mejorar su técnica y no tardó mucho tiempo en convertirse en la mejor jugadora del equipo.

Una tarde, mientras entrenaban juntos en el parque, apareció un grupo de chicos mayores y comenzaron a burlarse de ellos:- ¿Qué hacen estos pibitos jugando al fútbol? -se reían los mayores-. No tienen ninguna chance contra nosotros.

Pero Monica no permitiría que nadie menospreciara a su equipo así como así. Ella sabía que eran buenos jugadores y estaban dispuestos a demostrarlo. - Si ganamos en un partido, ustedes tendrán que dejar de molestar a los más chicos -propuso Monica desafiante.

Los mayores aceptaron el desafío y comenzó el partido. Fue una lucha intensa, pero gracias al esfuerzo y la dedicación de todo el equipo, lograron vencer por 2 a 1.

Los chicos mayores cumplieron su promesa y dejaron de molestar al equipo de fútbol del barrio. Desde ese momento, respetaban y admiraban la capacidad de lucha y superación que habían demostrado Monica y sus amigos. A partir de entonces, muchos niños del barrio se acercaron a jugar con ellos.

Y así fue como Monica descubrió que su pasión por los desafíos no solo le permitía superarse a sí misma, sino también ayudar a otros a hacer lo mismo.

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