Monserrat y la Puerta Mágica




Monserrat era una niña curiosa y aventurera. Le encantaba explorar y descubrir cosas nuevas. Un día, mientras jugaba en el jardín de su casa, encontró una puerta misteriosa escondida detrás de unos arbustos. Sin pensarlo dos veces, decidió abrirla y para su asombro, ¡era una puerta mágica! Al cruzarla, se encontró en un lugar totalmente diferente, con árboles y flores que brillaban con una luz especial.

Monserrat caminó por el sendero y de repente, la puerta mágica se cerró detrás de ella. No se asustó, sino que se sintió emocionada por la aventura que le esperaba. Mientras caminaba, se dio cuenta de que la puerta mágica le permitía viajar en el tiempo, ¡podía ir al pasado y al futuro! Sin dudarlo, decidió explorar y conocer a su familia en diferentes épocas.

Primero, viajó al pasado y conoció a su abuela cuando era una niña. Juntas jugaron, rieron y compartieron momentos maravillosos. Después, viajó al futuro y conoció a su propio hijo. Se sorprendió al ver lo mucho que se parecía a ella, ¡se divertían y vivían grandes aventuras juntos! También conoció a su tatarabuelo, quien le contó historias fascinantes sobre la familia y le enseñó lecciones valiosas.

Con cada viaje, Monserrat aprendió sobre el valor de la familia, la importancia de cuidar el medio ambiente y el poder de la imaginación. Al final de sus viajes, regresó a su época, pero con el corazón lleno de experiencias maravillosas y lecciones inolvidables.

Desde ese día, Monserrat apreciaba aún más a su familia y compartía con ellos las enseñanzas que había adquirido en sus viajes mágicos. Siempre recordaba que la aventura puede estar en cualquier lugar, incluso detrás de una puerta mágica en su propio jardín.

FIN.

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