Monstruos Medicinales
Había una vez en el Bosque Encantado dos monstruos muy especiales: Monstruo Naranja y Monstruo Azul. Ambos vivían felices, jugando y explorando juntos cada rincón del bosque.
Un día, mientras jugaban a las escondidas, Monstruo Azul comenzó a sentir un fuerte dolor de panza. Estaba tan mal que no podía moverse. Monstruo Naranja se acercó preocupado y le preguntó qué le pasaba. "¡Ay, Monstruo Naranja! Me duele mucho la panza.
No puedo jugar ni correr", dijo Monstruo Azul con tristeza. Monstruo Naranja decidió ayudar a su amigo en apuros. Recordó haber escuchado sobre las plantas curativas del Bosque Encantado y decidió buscar una solución.
Caminaron juntos por el bosque hasta encontrar una señora sabia llamada Sabina, quien conocía todas las plantas medicinales. "¡Hola, Sabina! ¿Puedes ayudarnos? Mi amigo tiene un fuerte dolor de panza", explicó Monstruo Naranja con preocupación. Sabina sonrió amablemente y les dijo: "Claro que sí, pequeños monstruos. Vengan conmigo".
Llegaron a un hermoso jardín lleno de flores y hierbas mágicas. Sabina les mostró una planta con hojas verdes brillantes llamada "Hierbabuena Mágica". Les explicó que era excelente para aliviar los dolores de estómago.
"Monstruito Azul, solo necesitas masticar unas hojitas de hierbabuena mágica", dijo Sabina. Monstruo Azul, confiando en la sabiduría de Sabina, hizo lo que le indicó. Masticó las hojitas y, poco a poco, el dolor comenzó a desaparecer.
"¡Wow! ¡Me siento mucho mejor!", exclamó Monstruo Azul emocionado. Monstruo Naranja sonrió al ver a su amigo feliz nuevamente. Pero no se conformaron con eso, querían aprender más sobre plantas medicinales para poder ayudar a otros monstruos en apuros.
Sabina les enseñó sobre otras hierbas y flores curativas del bosque como la manzanilla para calmar los nervios y el té de jengibre para aliviar las náuseas. Con el tiempo, Monstruo Naranja y Monstruo Azul se convirtieron en expertos en plantas medicinales.
Ayudaban a todos los monstruos del Bosque Encantado que tenían algún malestar o dolor. "¡Gracias por ayudarme con mi dolor de panza! Ahora puedo disfrutar de nuevo de nuestros juegos", expresó Monstruo Azul abrazando cariñosamente a su amigo.
La amistad entre Monstruo Naranja y Monstruo Azul se fortaleció aún más gracias a su nueva misión de ayudar a otros monstruos. Juntos recorrían el Bosque Encantado compartiendo sus conocimientos y alegría con todos aquellos que lo necesitaban.
Y así es como dos pequeños monstruos descubrieron que podían hacer grandes cosas cuando trabajaban juntos para ayudar a los demás. Aprendieron que siempre hay una solución si nos preocupamos por los demás y nos esforzamos por encontrarla.
Desde aquel día, el Bosque Encantado se llenó de sonrisas y alegría gracias a la amistad y la sabiduría de Monstruo Naranja y Monstruo Azul. Y cada vez que alguien tenía un dolor de panza, sabían que podían contar con ellos para encontrar una solución mágica.
FIN.