Mowgli, el niño de la selva

Había una vez, en lo más profundo de la selva, un pequeño bebé humano que fue encontrado por una manada de lobos.

La madre loba, con su corazón bondadoso, decidió llevarlo a su cueva para criarlo como a uno de sus cachorros. Le puso por nombre Mowgli y lo cuidó con amor, enseñándole los secretos de la selva y protegiéndolo de todo peligro.

Los otros animales también se convirtieron en amigos de Mowgli, quien con el tiempo aprendió a comunicarse con ellos y a vivir en armonía en su hogar selvático. Sin embargo, un día llegó al bosque un temible tigre llamado Shere Khan, quien quería hacer daño a Mowgli.

Los lobos sabían que ya era hora de que Mowgli aprendiera a vivir entre los humanos, así que lo llevaron a una aldea cercana, donde conoció a gente que lo cuidó y lo educó.

Mowgli, con el amor de su familia lobo y su familia humana, creció fuerte, sabio y valiente, convirtiéndose en un defensor de la selva y de todos sus habitantes.

Aunque la vida le brindó muchas aventuras y desafíos, Mowgli siempre recordó el amor y la sabiduría que la selva le había regalado, y se convirtió en un ejemplo de respeto hacia la naturaleza y todas las criaturas que en ella habitan.