Muffins mágicos y trucos de malabarismo
Ampi y Lolo estaban mirando por la ventana, viendo como la lluvia caía sin cesar. Estaban aburridos y no sabían qué hacer para entretenerse.
De repente, su mamá entró en la habitación cargando una bandeja llena de muffins recién horneados. "Miren lo que les traje chicos", dijo su mamá con una sonrisa. "Muffins calentitos para disfrutar en este día frío y lluvioso". "¡Qué rico!", exclamó Lolo mientras se acercaba a la bandeja para tomar uno.
"Mmm, están deliciosos", dijo Ampi mientras mordisqueaba su muffin. De repente, el papá entró en la habitación haciendo malabares con unas pelotas imaginarias. "¿Quién quiere ver mi nuevo truco de malabarismo?", preguntó emocionado.
"¡Yo! ¡Yo!" gritaron los dos hermanos al unísono. Su papá comenzó a hacer sus malabares imaginarios mientras los niños lo observaban con asombro. Pero de repente, algo extraño ocurrió: las pelotas imaginarias comenzaron a convertirse en pelotas reales.
"¡Woah! ¿Cómo hiciste eso?", preguntó Lolo emocionado mientras agarraba una de las pelotas reales que habían aparecido mágicamente. "No sé cómo pasó esto", respondió su papá sorprendido. "Pero parece que mis años practicando malabarismo finalmente han dado frutos".
Los niños se divirtieron jugando con las nuevas pelotas durante horas, olvidándose por completo del aburrimiento causado por el día lluvioso. Y así, aprendieron que a veces las cosas más inesperadas pueden ser las más divertidas.
"Gracias por hacer este día tan especial, papá", dijo Ampi mientras le daba un abrazo. "Sí, gracias papá", agregó Lolo mientras hacía malabares con su nueva pelota. "No hay problema chicos.
Siempre estoy aquí para hacerlos reír y pasarla bien", respondió su papá con una sonrisa en el rostro. Y así, la familia terminó disfrutando de un día lluvioso que se convirtió en uno de los mejores días de sus vidas.
FIN.