Música mágica en la plaza
. Era un niño muy especial, con una habilidad innata para la música que dejaba a todos boquiabiertos. Un día, Marce decidió ir a un pequeño pueblo en las afueras de su ciudad para tocar en la plaza principal.
Allí se encontró con un grupo de niños que lo rodeaban curiosos por escucharlo tocar. "¿Qué canción vas a tocar?" -preguntó uno de los niños. "Voy a tocar una canción que escribí yo mismo" -respondió Marce emocionado.
Y así comenzó a tocar su guitarra, y cuando empezó a cantar, algo mágico sucedió: los árboles se movían al ritmo de la música, los pájaros volaban en círculos y hasta el sol parecía brillar más fuerte.
Los niños no podían creer lo que estaban viendo y escuchando. Al terminar su canción, aplaudieron emocionados y le pidieron otra. Marce tocó varias canciones más, cada una con su propia magia.
Los niños bailaban y reían mientras él tocaba con todo su corazón. Pero entonces ocurrió algo inesperado: llegaron unos adultos que no estaban contentos con el ruido en la plaza y les dijeron que se fueran.
Los niños se fueron tristes pero Marce siguió tocando por un rato más hasta que también tuvo que irse. Al llegar a casa estaba muy triste porque quería seguir tocando para los niños del pueblo pero no sabía cómo hacerlo sin molestar a nadie.
Al día siguiente, Marce recibió una carta escrita por uno de los niños del pueblo:"Querido Marce, gracias por tocar para nosotros ayer. Nos encantó tu música y nos hizo muy felices.
No te preocupes por los adultos que no te dejaron tocar más tiempo, nosotros sabemos que eres un mago de la música y siempre querremos escucharte. Te esperamos en la plaza el próximo sábado a las 3pm. "Marce sonrió emocionado al leer la carta y decidió hacer algo especial para los niños del pueblo.
Comenzó a escribir canciones inspiradas en ellos y en su pueblo, y cada vez que tocaba una canción nueva, se la dedicaba a uno de los niños.
Así pasaron las semanas y cada sábado Marce iba a tocar a la plaza principal del pueblo. Los niños lo esperaban ansiosos para escuchar sus nuevas canciones llenas de magia.
Un día, mientras tocaba su guitarra con todo su corazón, Marce vio algo inesperado: los adultos del pueblo estaban sentados escuchando su música con una sonrisa en el rostro. "¡Miren! ¡Los adultos también están disfrutando!" -dijo uno de los niños sorprendido. Y así fue como Marce logró unir a todos en torno a su música mágica.
Desde entonces, todas las tardes del sábado se transformaron en un momento especial donde todos podían disfrutar juntos de la música mágica de Marce.
FIN.