Nadando con Agua


En lo más profundo de la selva vivían tres amigos muy especiales: Selva, Niños y Plantas. Selva era una niña valiente y curiosa, Niños un osito juguetón y travieso, y Plantas una ardilla amante de la naturaleza.

Juntos recorrían los rincones más escondidos del bosque, descubriendo secretos y aprendiendo de la flora y fauna que los rodeaba. Un día caluroso de verano, mientras exploraban cerca del río, vieron a lo lejos algo que llamó su atención.

Era Agua, un delfín risueño que se había adentrado en las aguas poco profundas cerca de la orilla. Los tres amigos se acercaron con curiosidad para saludarlo.

"¡Hola Agua! ¿Qué haces tan cerca de la costa?", preguntó Selva con entusiasmo. "¡Hola chicos! Estoy explorando esta parte del río. Nunca antes había venido por aquí", respondió Agua con alegría.

Niños, emocionado por conocer a un delfín tan simpático, propuso:"¿Por qué no nos enseñas a nadar como tú en el agua? Debe ser muy divertido". Agua sonrió ante la idea y aceptó encantado:"¡Claro que sí! Será una experiencia única. Vengan conmigo al agua y les mostraré cómo hacerlo".

Sin pensarlo dos veces, los cuatro amigos se lanzaron al río y comenzaron su clase de natación improvisada. Agua demostraba cómo mover sus aletas con gracia y rapidez mientras los niños intentaban imitarlo torpemente al principio.

Con paciencia y dedicación, Agua les enseñó diferentes técnicas para desplazarse en el agua: crol, espalda, braza.

Poco a poco, Selva logró coordinar sus movimientos y avanzar sin dificultad; Niños chapoteaba felizmente aprendiendo cada vez más; e incluso Plantas dejó su timidez de lado para sumergirse en las refrescantes aguas junto a sus amigos. Pasaron horas nadando entre risas y juegos hasta que el sol comenzó a ponerse en el horizonte. Exhaustos pero felices regresaron a la orilla donde se despidieron con gratitud de su nuevo amigo Acuático.

Mientras caminaban de vuelta a casa entre los árboles iluminados por los últimos rayos del atardecer, Selva reflexionó en voz alta:"Hoy aprendimos algo maravilloso: nunca debemos tener miedo de probar cosas nuevas o enfrentar desafíos desconocidos.

Siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos como lo hizo Agua hoy". Los demás asintieron emocionados ante esa enseñanza tan valiosa que habían descubierto juntos gracias a su aventura acuática.

Y así, entre juegos en la selva y travesuras bajo el sol brillante o las estrellas parpadeantes, Selva, Niños, Plantasy Agua siguieron forjando una amistad inquebrantable basada en el amor por la naturaleza y las experiencias compartidas que les enseñaban grandes lecciones cada día.

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