Nadia en el Castillo de la Oscuridad



En un pueblo rodeado de montañas verdes y floridas, había un antiguo castillo que todos conocían como el Castillo de la Oscuridad. Nadie se atrevía a acercarse a él, pues se decía que estaba lleno de misterios y sombras. Pero Nadia, una niña valiente y curiosa, decidió que tenía que averiguar la verdad detrás de aquellas historias. No podía entender por qué la gente le tenía tanto miedo a algo que, quizás, no era tan aterrador.

Una tarde, mientras el sol se ocultaba tras las montañas, Nadia se armó de valor y se dirigió hacia el castillo. Con cada paso que daba, su corazón latía más rápido, pero la emoción de descubrir algo nuevo era mucho más fuerte que el miedo. Cuando llegó a la puerta, la empujó con cuidado y esta chirrió al abrirse.

Adentro, todo era oscuro y silencioso. Nadia tomó una bocanada de aire y se adentró. "Hola, ¿hay alguien aquí?"- llamó. La eco de su voz resonó por los pasillos vacíos. De repente, escuchó un suave murmuro. "¿Quién anda ahí?"- respondió una voz temblorosa desde la penumbra.

Nadia se sobresaltó, pero rápidamente encontró su valentía y respondió: "Soy Nadia. ¿Quién sos?"- "Soy Oliver, el guardián del castillo"- dijo una pequeña figura que emergió de la sombra. Era un ratón de gran tamaño, vestido con un pequeño chaleco. "¿Por qué viniste?"-

"Quiero descubrir la verdad sobre este castillo. La gente dice que da miedo, pero no estoy tan segura de que sea así"- dijo Nadia con firmeza.

Oliver sonrió. "La oscuridad puede ser aterradora para algunos, pero en realidad, aquí hay magia y secretos maravillosos. ¡Ven! Te enseñaré"-.

Intrigada, Nadia siguió a Oliver por los pasillos oscuros del castillo. Cada vez que avanzaban, Oliver encendía pequeñas luces con un toque de su pata. Cuanto más exploraban, más se revelaban las maravillas ocultas: un sala llena de cuadros que parecían cobrar vida, libros antiguos que contaban historias sobre el pasado del castillo y jardines secretos donde las flores brillaban en la noche.

De pronto, llegaron a una gran puerta de madera que había permanecido cerrada durante mucho tiempo. "Esta es la puerta de los sueños"- dijo Oliver. "Entra y descubrirás algo que cambiará tu perspectiva para siempre"-.

Nadia se asomó con curiosidad y cuando la puerta se abrió, una luz deslumbrante inundó el lugar. En el interior había un bullicioso salón donde pequeños seres de luz danzaban y reían. "¿Qué es esto?"- preguntó Nadia maravillada. "Son los Guardianes de la Amistad"- explicó Oliver. "Aquí celebramos la unión y el amor entre todos los seres. La oscuridad puede ser un refugio para la magia, pero es la luz de la amistad lo que realmente brilla"-.

Nadia se unió a los Guardianes, y juntos crearon juegos, contaron historias y compartieron risas. Nunca antes había experimentado tal alegría. Pero al cabo de un rato, le preocupaba que todos esos amigos se sintieran solos en el castillo.

"No quiero que el mundo exterior los ignore. Puedo ayudar a que la gente vea la luz de su amistad"- dijo Nadia con determinación.

"Es un gran deseo, pero puede ser difícil"- advirtió Oliver. "¿Estás dispuesta a desafiarlos a superar sus temores?"-

"Sí, lo haré"- afirmo Nadia.

Ella regresó al pueblo y comenzó a hablar con todos, relatando sus experiencias en el castillo. Contó sobre los Guardianes de la Amistad y cómo la oscuridad no siempre es algo que debe asustar. "Deberían venir y conocer a mis amigos, ellos son pura luz"- decía con entusiasmo.

Al principio, muchos se mostraron escépticos y temerosos, pero Nadia no se rindió. Organizó un día especial, donde todos, armados con linternas, podrían explorar el castillo junto a ella. La curiosidad fue creciendo entre los pobladores, y finalmente, se reunieron valientemente para ir al castillo.

Cuando ingresaron, la oscuridad parecía menos espeluznante. El brillo de las linternas reflejaba las maravillas ocultas. Al llegar a la sala de los Guardianes, la alegría y la risa llenó el aire. Los habitantes del pueblo se sorprendieron al ver lo hermosos que eran los pequeños seres de luz y cómo podría haber tanta vida en el castillo que antes les daba miedo.

"¡Esto es increíble!"- exclamó uno de los niños del pueblo. "Nunca imaginé que la oscuridad escondiera algo tan bello"-.

Así, despúes de esa jornada, el Castillo de la Oscuridad se transformó en un lugar de encuentro lleno de amigos, risas y luz. Nadia no solo había desafiado el miedo, sino que también había enseñado a todos a mirar más allá de la oscuridad.

Desde ese día, la gente del pueblo ya no temía al castillo. Cada semana, se reunían en sus jardines para celebrar la amistad y la magia que se podía encontrar en cualquier lugar, siempre que no tuvieran miedo de explorar y descubrir. Y así, Nadia aprendió que la valentía y la amistad pueden iluminar incluso los rincones más oscuros.

Con el tiempo, se convirtió en una gran narradora, contando su historia a los niños de todas partes, enseñando que la verdadera luz está en el corazón de quienes están dispuestos a romper con las sombras. Y así, el castillo que una vez estuvo envuelto en oscuridad, se convirtió en un símbolo de esperanza y amistad.

FIN.

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