Nadia, nuestra hermanita


Lian y Nahitan eran dos hermanos mellizos que siempre se divertían juntos. Pero había un problema: no querían compartir nada con nadie más. Ni siquiera con su hermana menor, Nadia.

Un día, mientras jugaban en el parque, Nadia les pidió jugar con ellos. Lian y Nahitan se negaron rotundamente. "Este es nuestro juego, vete a jugar por tu cuenta", le dijeron. Nadia se quedó triste y sola en un rincón del parque.

Fue entonces cuando su padre llegó y se dio cuenta de lo que estaba pasando. "Hijos, ¿por qué no quieren compartir sus juegos con Nadia?", preguntó el padre.

"Porque son nuestros juegos y no queremos que nadie más juegue con nosotros", respondió Lian. "Comprendo que quieran disfrutar solos de sus cosas, pero también es importante aprender a compartir", dijo el padre con una sonrisa.

Luego les contó una historia sobre un niño que tenía muchos amigos porque siempre compartía sus juguetes y comida con los demás. Los niños escucharon atentamente la historia y reflexionaron sobre cómo podrían ser mejores hermanos mayores para Nadia. Finalmente, decidieron invitarla a jugar con ellos nuevamente y esta vez sí compartieron todo lo que tenían.

Se dieron cuenta de que cuando compartían su diversión era aún mayor porque podían disfrutar juntos como familia.

Desde ese día en adelante, Lian y Nahitan aprendieron la importancia de compartir y nunca volvieron a negarse a incluir a Nadia en sus juegos. Además, descubrieron lo maravilloso que era tener una hermana pequeña con quien compartir su tiempo y sus cosas.

La moraleja de la historia es que compartir es una forma de demostrar amor y aprecio hacia los demás, especialmente hacia aquellos que son parte de nuestra familia.

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