Nalime y la Aventura de las Palabras



Había una vez una hermosa niña de pelo rizado llamada Nalime. Todos en su barrio la conocían porque siempre estaba feliz, bailando y cantando mientras jugaba con sus amigos. Su mayor pasión eran los dibujos animados, especialmente aquellos donde aparecían mágicos unicornios de colores. A Nalime le encantaba imaginarse volando entre nubes de caramelos, montada sobre uno de esos hermosos animales. Sin embargo, había un pequeño gran problema: ¡Nalime no sabía leer!

Un día, mientras jugaba en el parque con su mejor amiga, Lila, Nalime vio un libro grande y colorido que alguien había olvidado en un banco. La portada tenía dibujados unicornios brillantes.

"¡Mirá, Lila! Un libro de unicornios. ¿Te imaginas las aventuras que deben haber en su interior?" - exclamó Nalime, llenándose de emoción.

"Sí, ¡debe ser genial! Pero no sabemos qué dice..." - dijo Lila, frunciendo el ceño.

Nalime se sintió un poco triste. Ella quería leer esas historias y descubrir los secretos de esos mágicos unicornios.

"¿Por qué no aprendemos a leer juntas?" - sugirió Lila, llenando de esperanza a Nalime.

"Pero no sé por dónde empezar..." - respondió Nalime con un suspiro.

Lila pensó por un momento y luego sonrió. "Podemos pedir ayuda a la señora Eloísa. Ella siempre tiene libros y le encanta contar cuentos. Quizás nos pueda enseñar a leer mientras nos cuenta una historia..."

Con una nueva meta en mente, el dúo de amigas se dirigió a la casa de la señora Eloísa, una anciana amable que siempre tenía dulces para compartir.

"¡Hola, señorita Eloísa!" - saludaron las niñas al unísono.

"Hola, mis amores. ¿Qué las trae por aquí?" - preguntó con una sonrisa.

"Encontramos un libro de unicornios y queríamos aprender a leer para descubrir sus aventuras. ¿Podés ayudarnos?" - dijo Nalime con ojos brillantes.

La señora Eloísa sonrió con ternura y les dijo: "¡Por supuesto! Aprender a leer es una aventura maravillosa. Pero, antes de eso, ¿quieren que les cuente una historia?"

Las niñas asintieron emocionadas. La señora Eloísa las llevó a su acogedora sala y comenzó a contarles una historia sobre un unicornio llamado Estrellita, que viajaba por un mundo lleno de palabras mágicas.

"Estrellita siempre decía que las palabras eran su mayor tesoro y que podía abrir puertas a mundos inimaginables" - contó la señora.

Nalime, entusiasmada, empezó a visualizar esos mundos mientras escuchaba. "¡Me gustaría tener un unicornio como Estrellita!"

"Y también saber leer como ella..." - agregó Lila.

Tras la historia, la señora Eloísa dijo: "Si quieren, podemos empezar a practicar algunas letras y palabras ahora mismo".

Las niñas se miraron emocionadas y comenzaron su aventura de lectura. La señora Eloísa trajo letras de cartón y, juntas, formaron sus primeras palabras: —"unicornio" , —"jugar" , —"bailar" .

"¡Miralo, Nalime! ¡Estamos leyendo!" - gritó Lila.

Con cada palabra aprendida, Nalime se sentía más poderosa. Ella sabía que, aunque tardara un poco, cada letra la acercaba más a entender todas las historias que había en el mundo.

Pasaron los días, y con el apoyo de Lila y la señora Eloísa, Nalime empezó a leer libros sencillos.

Un día, mientras estaban en el parque, las niñas vieron a un grupo de chicos que se reían de un niño solitario que trataba de leer en un rincón.

"No sé por qué se ríen, él está intentando descubrir un mundo maravilloso" - dijo Nalime, recordando su propia experiencia.

"¡Vamos a ayudarlo!" - sugirió Lila valientemente.

Las dos se acercaron al niño tímido. "Hola, somos Nalime y Lila. ¿Querés que te ayudemos a leer?"

El niño, sorprendido y sonrojado, asintió. Juntos, formaron un pequeño grupo donde compartieron la alegría de leer y jugar.

Nalime no solo había aprendido a leer, sino que también había ayudado a otro niño, convirtiéndose en una verdadera amiga.

Con el tiempo, Nalime se convirtió en toda una experta lectora, disfrutando de aventuras más allá de su imaginación. Un día, mientras leía un cuento, vio una página donde había un unicornio que inspiraba a otros a aprender.

"¡Mirá, Lila! ¡Este unicornio es como yo, ayudando a otros a descubrir las palabras!"

"Sí, Nalime, y ahora podés leer tus propias aventuras. ¡Eres una verdadera heroína!" - respondió Lila con entusiasmo.

Y así, con su nuevo poder de leer, Nalime encontró un mundo lleno de fantasía y realidades que nunca habría imaginado.

Desde entonces, cada aventura fue un lienzo en blanco que llenaba con letras y colores, y cada unicornio en sus cuentos brillaba un poco más por el mágico viaje que había recorrido.

FIN.

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