Nancy Ocho Once y la Aventura del Amigable Escrepusculo
Era un día soleado en el Bosque Mágico de Miraflor, donde vivía una pequeña ardilla llamada Nancy Ocho Once. A Nancy le encantaba explorar y hacer nuevos amigos. Tenía un grupo de amigos muy especial: una mariposa llamada Julieta, un conejito llamado Tito y un búho que se llamaba Don Sabio.
Un día, mientras jugaban entre los árboles, Nancy notó que algo extraño sucedía en el cielo, donde el sol comenzaba a ocultarse.
-Nancy, ¿qué ves? -preguntó Tito, con curiosidad.
-Mirad, el cielo se está volviendo de colores raros, como un cuadro pintado por un artista loco -respondió Nancy, mirando hacia arriba.
Don Sabio, que siempre tenía respuestas, explicó:
-Eso es porque se está formando el Escrepusculo Amigable, un fenómeno muy raro que ocurre una vez cada diez años. Dicen que si uno tiene un corazón puro y ayuda a los demás, puede pedir un deseo cuando se presenta esta hermosa luz.
-¡Es increíble! -exclamó Julieta con emoción.
Nosotros tenemos que aprovechar esta oportunidad, ¡vamos a hacer algo bueno antes de que llegue el Escrepusculo! -propuso Nancy.
Entonces, decidieron ayudar a los animales del bosque. Primero, se encontraron con una tortuga que no podía subir una colina porque su caparazón era muy pesado.
-¡Hola, tortuguita! ¿Cómo estás? -saludó Tito.
-No muy bien, chicos. Me cuesta mucho moverme y no puedo llegar hasta mi hogar -respondió la tortuga con tristeza.
-¡No te preocupes! -dijo Nancy- ¡Vamos a ayudarte! Con la ayuda de todos, levantaron suavemente el caparazón de la tortuga para que pudiera ascender por la colina.
-¡Gracias, amigos! -dijo la tortuga mientras llegaba a su hogar.
Continuaron su misión y se encontraron con un pájaro cuyas alas estaban enredadas en un arbusto espinoso.
-¡Ayuda! -chirrió el pájaro desesperado.
-Soy Nancy Ocho Once, y no te dejaremos solo. ¡Julieta, usa tus alas brillantes para guiarlo! -indicó Nancy. Junieta voló rápidamente y, con cuidado, ayudó al pájaro a liberarse de las espinas.
-¡Eres la mejor! -dijo el pájaro, agradeciendo a la pequeña mariposa.
A medida que el Escrepusculo comenzaba a llevar colores amarillos, rosas y naranjas al cielo, todos los amigos del bosque se unieron para ayudar a un viejo roble que estaba perdiendo sus hojas. El árbol les contó lo triste que estaba porque no podía proporcionar sombra a los animales.
-¡Ayudemos al viejo roble! -dijo Tito.
Pero había un problema: el viejo roble era muy alto, y, juntos, no podían alcanzar sus ramas. Entonces, Don Sabio dijo:
-Táquenle a las aves para que traigan agua en sus picos y refresquen las raíces. ¡Así podemos llenarnos de energía para ayudarlo!
Algunas aves se unieron y empezaron a llevar agua, una tras otra, mientras Nancy y sus amigos usaban su ingenio para hablarle al roble.
-¡Ánimo! ¡No te rindas! -gritaban todos.
El viejo roble sonrió, sintiéndose más fuerte y rejuvenecido gracias al cuidado de sus amigos. Cuando el Escrepusculo comenzó a brillar con todo su esplendor, Narcy, con su corazón lleno de felicidad por haber ayudado a tantos, sintió que era el momento de pedir su deseo.
-Miren, ya se está formando el Escrepusculo Amigable -dijo Nancy-. Todos juntos, expresemos nuestro deseo.
-Pido que nunca falte la amistad en este bosque y que siempre ayudemos a los demás -dijo Tito.
-Yo deseo que sigamos teniendo aventuras divertidas siempre -agregó Julieta.
Mientras todos expresaban sus deseos, el cielo estalló en colores aún más brillantes. Sin embargo, Nancy, pensando en los demás, hizo un gesto que dejó a todos asombrados.
-Yo deseo que podamos ayudar a más animales y que este Bosque Mágico sea siempre un lugar de amor y de unión -dijo con una gran sonrisa al ritmo de las luces.
Un destello de luz iluminó el bosque, y todos sintieron algo especial en sus corazones. Juntos, habían creado un mundo mejor y más amable.
Y así, Nancy Ocho Once y sus amigos aprendieron que la verdadera magia del Escrepusculo Amigable no era solo la belleza de los colores, sino la fuerza de la amistad y el poder de ayudar a quienes más lo necesitan.
FIN.