Nara y el Supermercado Encantado


Había una vez una niña llamada Nara, curiosa y valiente, a la que le encantaba explorar lugares nuevos. Un día, mientras paseaba por el parque cercano a su casa, descubrió un extraño portal en medio de unos arbustos.

Sin pensarlo dos veces, decidió cruzarlo y ¡zas! , se encontró en un mundo completamente diferente: el misterioso mundo de Mercadona. Nara se quedó maravillada al ver todo lo que la rodeaba.

Estaba en un supermercado gigante lleno de estantes repletos de productos coloridos y apetitosos. Pero lo más sorprendente era que los productos cobraban vida y hablaban entre ellos. "¡Hola! ¿Quién eres tú?", preguntó una manzana brillante desde uno de los estantes.

Nara sonrió emocionada y respondió: "Soy Nara, ¿y ustedes quiénes son?". "¡Somos los alimentos del supermercado Mercadona! Bienvenida a nuestro mundo", dijo una zanahoria animada.

Nara se acercó con curiosidad a cada estante, conociendo a personajes como el pan travieso que siempre escapaba del lugar donde lo guardaban, o las latas de conserva que cantaban canciones pegajosas para llamar la atención de los clientes. Pero no todo era diversión en ese mundo misterioso.

Pronto descubrió que había un problema: algunos alimentos estaban tristes porque nadie los elegía y se sentían olvidados en los anaqueles. Nara decidió ayudarlos y junto con sus nuevos amigos idearon un plan para promover la importancia de una alimentación saludable y equilibrada.

Con ingenio y creatividad, organizaron juegos divertidos para enseñar a todos sobre la importancia de consumir frutas y verduras todos los días. Los niños que visitaban el supermercado se sumaron entusiasmados a las actividades propuestas por Nara y sus amigos animados.

Finalmente, gracias al esfuerzo conjunto, lograron concienciar a todos sobre la importancia de cuidar nuestra alimentación y valorar a todos los alimentos por igual.

Los productos tristes empezaron a desaparecer poco a poco de los estantes, siendo reemplazados por alimentos frescos y variados que irradiaban felicidad. Después de vivir muchas aventuras en el mundo misterioso de Mercadona, llegó el momento de regresar a casa.

Nara se despidió emocionada pero sabiendo que siempre llevaría consigo las enseñanzas aprendidas en aquel lugar tan especial. Y así termina esta historia llena de magia e imaginación donde Nara descubrió que incluso en un mundo tan inusual como Mercadona, siempre hay espacio para aprender algo nuevo y hacer del mundo un lugar mejor para todos.

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